La financiación del Espai Barça y la reforma del artículo 67 de los estatutos del club son básicos para Joan Laporta. Una obsesión. El presidente del Barça quería resolver ambos asuntos en la asamblea de compromisarios del pasado domingo, a todo prisa, pero sus planes saltaron por los aires cuando muchos socios cuestionaron el crédito de 1.500 millones de euros que pedirá para la reforma del Camp Nou y la nueva construcción del Palau. Desde entonces, ha rectificado tres veces las decisiones que había tomado inicialmente.
Minutos antes de que comenzara el partido entre el Barça y el Valencia en el Camp Nou, y con muchos socios que habían abandonado ya sus localidades en el Palau, Laporta tomó la palabra y aplazó la asamblea. Anunció que en breve comunicará la fecha en la que se debatirían los puntos que quedaban por aprobar.
El Sant Jordi Club
Tres horas después, el Barça anunciaba que la asamblea de socios compromisarios se retomaría el sábado 23 de octubre en el Sant Jordi Club. El anuncio sorprendió a todos desató las primeras críticas de muchos socios, que temían una asistencia mínima de compromisarios para aprobar, o no, la gran obra del Barça del siglo XXI.
Laporta interpretó las quejas y Eduard Romeu, vicepresidente económico, deslizó el lunes por la mañana que el club contemplaba un posible cambios de escenario. Explicó que el Palau Blaugrana se había descartado por la actividad deportiva de las secciones y que la asamblea no podía hacerse en el Camp Nou un día antes de la visita del Real Madrid.
Facilitar la asistencia
Romeu avisó y Laporta rectificó. El presidente confirmó horas después que la asamblea se realizaría en la explanada de las instalaciones del Barça, entre el Camp Nou y el Palau Blaugrana, para facilitar la asistencia de los compromisarios.
El máximo dirigente del Barça ya había cambiado dos veces sus planes. Pero todavía quedaba un punto caliente. El domingo, el presidente había recalcado que solo necesitaba la aprobación de los compromisarios para ejecutar el Espai Barça, un proyecto cifrado en 1.500 millones de euros y que incluye la reforma del Camp Nou, la construcción del nuevo Palau Blaugrana con capacidad para 15.000 espectadores, un segundo Palau mucho más pequeño y la nueva pista de hielo.
El referéndum
El lunes por la noche, Laporta asumió las demandas de muchos socios y se posicionó a favor de que el nuevo Espai Barça sea aprobado en referéndum, como había pedido el expresidente Josep Maria Bartomeu cuando se había disparado el coste de su proyecto.
Laporta, que el domingo encontró mucho más rechazo del esperado, ha ganado tiempo. El presidente se ha querido mostrar muy sensible con las peticiones de los socios con la finalidad de que aprueban sus propuestas. Asegura que la viabilidad económica del club pasa por el nuevo Espai Barça.