Jordi Cruyff debía ser el guardián de las esencias cruyffistas en el Barça. Joan Laporta quería que fuera una pieza clave en el nuevo organigrama deportivo, pero finalmente le asignó el cargo de director de scouting internacional. No obstante, el presidente azulgrana siempre puede sondear al hijo del mito, buen conocedor del mercado internacional y, por supuesto, del adn barcelonista.
Desde su fichaje, Jordi dejó claro que no sería una opción para relevar a Koeman en el banquillo, como avanzó Culemanía. No contempla la posibilidad de dirigir al Barça y, mucho menos, sustituir al actual técnico azulgrana, amigo personal de la familia. Jordi, ante Laporta, siempre se ha posicionado a favor de la continuidad de Koeman.
Óscar García y Bob Martínez, dos amigos
Jordi sabe que se han filtrado muchos nombres desde el club. Algunos, sorprendentemente, con una filosofía poco cruyffista, como Massimiliano Allegri o Antonio Conte. Sus apuestas van en otra dirección y dos son los elegidos: Óscar García y Robert Martínez. El primero es el actual entrenador del Stade de Reims. El segundo es el seleccionador belga.
Óscar y Jordi coincidieron como jugadores en el Barça. Su amistad, sin embargo, se forjó con los años y ambos trabajaron juntos en el Maccabi Tel Aviv. El hijo de Johan era el director deportivo y Óscar, el entrenador.
La historia de su amistad
La amistad entre Jordi y Bob Martínez coincidió en Inglaterra. En 1996, el ex delantero del Barça fichó por el Manchester United tras el despido de su padre como entrenador. Martínez jugaba en el modesto Wigan, en la cuarta categoría del fútbol inglés. Su carrera como futbolista fue muy discreta. Como entrenador, en cambio, triunfó en el Swansea y el propio Wigan. También dirigió al Everton antes de fichar como seleccionador belga.
Bob Martínez nunca jugó en el Barça, pero como entrenador siempre expresó su admiración por Johan Cruyff, de quien dijo que “tenía cosas de genio” por la simplicidad y la belleza de su fútbol. Con Jordi siempre ha tenido una buena sintonía, pero su fichaje por el club azulgrana es solo una utopia. Echar a Koeman cuesta mucho dinero y el Barça no está para grandes dispendios.
Ronald Koeman y Robert Martínez ya compitieron por el banquillo del Barça en 2020 / CM