Bastantes problemas tienen Koeman y el equipo como para digerir más juegos mediáticos y de intereses al margen de la estricta gestión del ámbito deportivo, económico y social. Eso sin descartar que el propio presidente pueda complicarle aún más el trabajo al entrenador con esa proverbial y acreditada torpeza suya para enredar, sea él mismo o sus ‘pistoleros’ de Twitter, su relación con Koeman.
Una de esas amenazas está tomando forma, la ampliación y mejora de contrato de Ansu Fati, considerada urgente y absolutamente necesaria por el presidente Joan Laporta por motivos que saltan a la vista y que tienen que ver con su pasado en el Reus y su conexión dual con el Real Madrid y especialmente con Florentino Pérez, a través de Jorge Mendes, hoy agente del joven crack barcelonista.
No es casualidad que se venga hablando de esa renovación empaquetando y camuflando su aumento de ficha en una acción de futuro junto a Pedri, como si ambos formaran una unidad inseparable.
Es el decorado perfecto de una operación muy calculada. Ya se ha filtrado, por ejemplo, que están llegando ofertas por el jugador. Que se sepa de cierto la única firme la transmitió el Manchester United de 150 millones de euros, con Bartomeu de presidente, rechazada sin el menor asomo de duda.
Operación mediática sospechosa
Tampoco es casual que Ansu Fati haya sido el elegido para heredar el dorsal 10 de Messi, actuación inteligentemente mediática aunque no exenta de riesgos como la propia aventura de ampliar el contrato del guineano.
Cuatro operaciones en la rodilla y más de un año en el dique seco no justifican la prisa por ampliar un contrato que firmó hace un año cuando era titular, marcaba goles y se le concedió estatus, ficha y cláusula (400 millones) de primer equipo.
Pedri y Ansu Fati, tras un partido del Barça / FCB
¿Qué ha cambiado? Básicamente que ahora tiene otro agente y que la presidencia la ocupa Joan Laporta.
La ampliación de contrato, con efecto a partir de que tener dorsal del primer equipo el verano pasado, se rubricó por cuatro temporadas, dos seguras y dos opcionales que el FC Barcelona puede activar.
Ahí radica uno de los motivos, o la excusa, con el que Jorge Mendes ha convencido a Laporta, pues el representante considera que cuando se firmó el acuerdo Ansu Fati era menor de edad y esta circunstancia pone en duda y deja sin efecto la activación por parte del FC Barcelona de esta ampliación unilateral.
Laporta le quiere poner remedio por la vía rápida y, con el pretexto de darle más dinero a Pedri, hacer millonario a Ansu Fati, cuyo agente se llevará un buen pellizco si amplia y mejora el contrato o si es traspasado.
La cuestión, paralela, es preguntarse si las críticas a Bartomeu por caer en manos del poder de los jugadores no empiezan por acometer renovaciones como esta de Ansu Fati sobre un contrato que apenas ha estrenado, con la duda razonable añadida sobre su estado físico y rendimiento de futuro. De la misma manera que lo contrario sería inmoral y denunciable, que Ansu Fati se sintiera desprotegido por el FC Barcelona si su rodilla no responde, que eso está fuera de duda, es del todo irresponsable acometer esa operación con tres años de contrato por delante y antes de una evaluación razonable de su recuperación. Todo suena demasiado a operación de marketing, de foto y de cumplir con ciertas promesas y compromisos prelectorales de Laporta con determinados agentes.
¿Está listo para suceder a Messi?
Además, supone ponerle presión añadida al jugador, que debería estar concentrado sólo en su recuperación, en volver a jugar al ciento por ciento y no ser objeto, como lo está siendo, de una campaña de imagen y propaganda de la junta, de Laporta sobre todo, para convertir a Ansu en el nuevo ‘Messi’ dentro del imaginario barcelonista. El peligro es exigirle que, de pronto, se convierta en el nuevo jugador franquicia del equipo.
Messi lanza una mirada matadora a Pochettino / REDES
Se da el caso, añadido, de que la prensa que aún hoy se escandaliza por las condiciones de Samuel Umtiti, que fue renovado antes de lesionarse con Francia, se explique cómo se explique, no objeta una renovación como la de Ansu Fati que desde la lógica y el sentido común no conviene forzar por el interés de todas las partes.
El futbolista se ve venir esa presión, mucho más en las actuales circunstancias y podría acusar también esa necesidad de aportar al equipo goles, velocidad y rendimiento a precio de crack, probablemente antes de estar en verdaderas condiciones de responder a ese tan alto nivel.
El problema es añadido para Koeman, pues ya dijo que no quería correr con Ansu Fati, y otra oportunidad de fricción entre el presidente y el banquillo según cómo vayan las cosas. Jorge Mendes es de los que traspasan rápido -es donde está el dinero- y ya ha demostrado que tiene prisa, como Laporta, por cerrar el caso.
¿Ampliar y mejorar la ficha de Ansu Fati es la solución para la delantera y la armonía del vestuario? Definitivamente, suena más a problema que a otra cosa.