Hace unos meses el Gobierno de España presidido por Pedro Sánchez anunció su intención de profesionalizar el fútbol femenino en su lucha por la igualdad con el masculino, que siempre anda por delante. Una falta de acuerdo entre los clubes de cara a formar unos estatutos que regulen todo el entramado es la problemática actual.
Como consecuencia, Mediapro ha decidido rescindir el contrato con el fútbol femenino tras esa falta de acuerdo entre los clubes y organismos para su regulación. Uno de los principales objetivos de la empresa presidida por Jaume Roures era el encontrar un consenso de cara a la explotación de derechos audiovisuales, tal y como afirma 2Playbook. Deja tocado de muerte al fútbol femenino.
Imagen de archivo de Jaume Roures / EFE
La inseguridad y la ausencia de estatutos es una de las causas para la retirada de la famosa compañía catalana, que aportaba una cifra de 2,5 millones anuales. Dicha cantidad no será abonada en consecuencia en el contrato firmado anteriormente con la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (Acff).
El CSD, a la espera del acuerdo
El Consejo Superior de Deportes es el organismo gubernamental que se ha comprometido a aportar 31 millones de euros de cara a la potenciación del fútbol femenino. Una vez haya acuerdo para la creación de unos estatutos y la formación oficial de la Liga profesional se podrá poner todo en marcha.
Acto de Amazon, la Liga y Mediapro / La Liga
Mediapro, por lo tanto se ha desmarcado por el momento tras la falta de consenso. Esta es la respuesta de la compañía para justificar su decisión: “Nosotros hemos estado difundiendo la competición durante años, pagando por los derechos, hemos pagado para que se pudiera hacer el convenio y ahora los responsables no son capaces de tirar la liga adelante”.
Conflicto entre clubes y RFEF
Los clubes no estarían del todo de acuerdo con el camino que estaría tomando las negociaciones. Esa razón vincularía a la creación de la Liga profesional con un exceso de poder de la Federación de Fútbol.
El Consejo Superior de Deportes pide unanimidad por parte de todos los miembros para formar unos estatutos reguladores. Al menos de un 75% de miembros. Eso es algo que no ocurre actualmente ya que hay tres clubes díscolos: FC Barcelona, Real Madrid y Athletic Club.
Joan Laporta, en la celebración de la Liga del Barça Femenino / EFE
Según las últimas informaciones, los clubes más disruptivos querrían que todas las decisiones debieran tener un 90% de votos a favor por parte de los miembros. Es decir, tendrían capacidad de vetar en su conjunto algo aprobado ampliamente por los demás. Su consentimiento sería clave para seguir adelante si bien este tipo de funcionamiento no está vigente en ningún otro organismo futbolístico actual.
Exceso de poder de la RFEF
El presidente del Consejo Superior de Deportes, José Manuel Franco, presentó unos estatutos para regular el fútbol femenino que no fue visto con buenos ojos por parte de los clubes. Interpretaban que una hipotética aprobación otorgarían un exceso de poder a la RFEF, lo cual era inaceptable a su entender.
Jose Manuel Franco, el nuevo presidente del CSD / EFE
Básicamente ocurría lo mismo que con la propuesta de los clubes de tener un 90% de votos a favor. Esos poderes que tendría la Federación tampoco sería la forma de actuar por parte de ninguna de las grandes ligas profesionales. ¿En qué se basan esos poderes? La presidencia de la competición saldría de la elección de tres candidatos propuestos por la RFEF. Dicho nombre saldría de la decisión de una Vicepresidencia elegida por una comisión delegada. Lo cual, haría que los clubes no tuvieran voz ni voto para tomar veredictos de tal índole.
La Liga Iberdrola ha comenzado
Así es. El campeonato femenino ha dado lugar a su inicio y sigue sin tener un modelo de explotación de sus derechos. No ha habido retransmisiones salvo las realizadas por los propios clubes como el FC Barcelona o Real Madrid.
Laporta con José Manuel Franco / FCB
Los nuevos ingresos que podrían entrar están bloqueados tras la falta de quórum. Por no hablar de los hipotéticos patrocinadores, que los hay, que dejan de aportar dinero para el desarrollo de la competición. De hecho, únicamente tiene el sponsor que da lugar a su nombre, representado por la compañía eléctrica. Las futbolistas deberán continuar con su juego a la espera del esperado pero improbable acuerdo. Un comienzo con embrollos institucionales no harían otra cosa que manchar la imagen de la Primer Iberdrola. Algo que debe evitarse a toda costa.