El bombazo del mercado de fichajes llegó de madrugada. El FC Barcelona anunció ya pasadas las 12 de la noche que Antoine Griezmann salía cedido dirección al Atlético de Madrid. Los colchoneros “se hacen cargo de la ficha del jugador y tiene una opción de compra obligatoria”.
Los culés percibirán este verano 10 millones de euros por la cesión y los madrileños estarán obligados a pagar el próximo 30 de junio 40 millones de euros. Así pues, la entidad de Joan Laporta se ahorra una ficha altísima --la más elevada tras el adiós de Leo Messi-- y se asegura unos ingresos futuros.
Imagen de la tienda del Atlético de Madrid / Atlético de Madrid
Griezmann llegó al Camp Nou en verano de 2019. Los culés abonaban los 120 millones de euros de su cláusula de rescisión, que había sido rebajada de una temporada a otra: de 200 a 120. Meses después, los colchoneros reclamaron los 80 millones restantes, pues defendían que se llegó a un acuerdo antes que la cláusula bajase, y el culebrón se cerró con un acuerdo por 15 millones.
Estos millones fueron para cerrar el Caso Griezmann, pero también para el derecho a tanteo de cinco jugadores del Atlético de Madrid, entre los que se encontraban José María Giménez y Saúl Ñíguez. En dos años, los culés no han aprovechado esa pequeña ventaja, lo que alimenta las teorías de que era un acuerdo para evitar acudir a los tribunales.
Ahorro salarial
Con la salida de Antoine Griezmann, el Barça avanza hacia el objetivo que se había marcado a corto plazo: generar ingresos y rebajar la masa salarial. Después de la salida de Leo Messi al PSG, el delantero francés se quedaba como el mejor pagado de la primera plantilla con unos 34 millones de euros brutos por temporada.
Griezmann con Joan Laporta en la foto oficial / FC Barcelona
Como ya informó en su día Culemanía, El Principito cobraba unos 17 millones de euros netos por temporada (pues se le deben restar un 45-47% que se van en impuestos) y tenía un salario que iba aumentando progresivamente. Podría haber alcanzado los 45 millones de euros brutos por curso, es decir, un tope de 25 millones de euros netos.
El Barça firmó a Griezmann por cinco temporadas, de 2019 a 2024. Después de la segunda, sale tras haber ofrecido un rendimiento más efectivo que vistoso y por su elevada ficha salarial. Joan Laporta ya avisó que la masa salarial era del 110% y que se debía recortar como fuera. La salida de Messi se produjo por motivos económicos y ahora llega un nuevo ahorro con el adiós de Antoine.
Amortización pendiente
Otra de las carpetas a analizar con la marcha del francés son las amortizaciones. Llegó en 2019 por 120 millones de euros, firmando un contrato de cinco años, lo que supone una amortización de 24 millones de euros por temporada. Si hubiera salido este verano como traspasado se hubieran contabilizado 72 millones de euros de golpe, lo que hubiese obligado a computar algunas pérdidas. Al marchar cedido, cambia la situación y el Barça no anotará más pérdidas.
Griezmann celebrando su gol contra el Huesca / FC Barcelona
Ya la próxima temporada, quedarían pendientes de amortizar 48 millones de euros (por dos temporadas). Con lo que abonará el Atlético de Madrid entre cesión (10 millones) y cláusula obligatoria de traspaso (40 millones), esta salida quedará cubierta en las cuentas de la entidad.