¿Cómo puede ser que haya tantos asuntos sin solucionar por parte de Joan Laporta? El presidente del FC Barcelona todavía tiene temas importantes por resolver y le está pillando el toro. Demasiados frentes abiertos y poco orden desde que se incorporó a la entidad azulgrana en lo que significó su segundo mandato como líder.
No todo marcha como debería. Los últimos acontecimientos son un claro ejemplo de ello. Todas las miradas van entorno al 10 del Barça: Leo Messi. El argentino se marchó en lo que supuso uno de los mayores varapalos de la historia del club. Después de ello las rebajas salariales se han convertido en el mayor quebradero de cabeza de Laporta, que sigue sin dar con la tecla mientras se malgasta el tiempo en responder a los puntos de la carta de Josep Maria Bartomeu, que tenía pevista una rebaja salarial del 20% antes del 30 de junio si los estadios permanecían cerrados. Resulta inquietante. Lo que más sorprende es que las rebajas lleguen ahora, una vez que Messi ya se ha ido, y no antes. ¿Realmente se hizo todo lo posible por evitar su marcha?
Leo Messi en una imagen de archivo / PSG
Los señalados para realizar una bajada salarial en el vestuario son los capitanes del primer equipo: Jordi Alba, Sergio Busquets y Sergi Roberto. El que quedaría fuera sería Gerard Piqué, quien ya anunció su bajada de sueldo la semana pasada. Según el club, fue un gesto “muy generoso” por parte del diestro ya que sus emolumentos disminuyeron de forma sustancial. Fue un movimiento que ayudó directamente a las inscripciones de dos de los fichajes de este año: Memphis Depay y Éric García.
¿Por qué no se han bajado el sueldo antes?
La respuesta es bien sencilla: Laporta aún no se lo habría pedido a los jugadores. Fue una estrategia que se ha confirmado como errónea. Los hechos lo corroboran. El presidente del FC Barcelona tenía otras prioridades como finiquitar la marcha de Leo Messi. El motivo, solamente él lo sabe.
Joan Laporta comparece para explicar la due diligence / EFE
Siempre que se le preguntaba sobre el estado de la renovación de la Pulga, él decía que “se estaba trabajando bien” lo cual alargaba mucho el tema. Fue una forma de engañar a Messi, que tuvo que esperar a llegar a su plazo marcado: finales de julio era el límite. Fue el momento en el que el club le comunicó que no podían hacer el esfuerzo económico de mantenerle en la plantilla. De esa forma, Messi estaba obligado a tomar decisiones y tiró de la bala que guardaba en la recámara: el PSG. Laporta se desprendió del mejor jugador de todos los tiempos abogando por la mala situación financiera. No se estaría trabajando tan bien si el argentino ha reforzado a un equipo de primer nivel como es el París Saint Germain, al cual el Barça se enfrenta año tras año. Han sido muchos meses perdidos.
Gestión improvisada y apresurada
Laporta, tras la marcha de Leo Messi, entró de lleno a solucionar el tema de los salarios. Ya era demasiado tarde. Los capitanes no habían mantenido contacto estrecho con el club para rebajarse la ficha. Una improvisación que tuvo consecuencias directas en los nuevos fichajes. Memphis Depay y Éric García no podían ser inscritos en la Liga. El acuerdo express con Gerard Piqué puso la tirita a la gestión tardía.
Gerard Piqué celebrando el primer gol del Barça, también de cabeza / FCB
Solamente quedaría pendiente la inclusión del Kun Agüero, que debería ser empujada con los acuerdos con el resto de los capitanes blaugranas como son Sergio Busquets, Sergi Roberto y Jordi Alba. Son temas que podrían haberse solucionado antes y que, curiosamente, no se han puesto en marcha hasta que Messi estaba fuera del club. Ahora, el presidente admite que incluso tendrían margen para fichar a un delantero. Una gestión sorprendente que marcará la temporada. El culé siempre recuerda y hablará en el campo.