Tras la marcha de Messi, la directiva de Joan Laporta sigue enredada en ajustar las cuentas de una plantilla con unos salarios insostenibles para la situación económica del club. El propio presidente lo ha repetido en sus últimas intervenciones: la suma de las fichas del plantel alcanza el 103% de los ingresos generados por la institución, una cifra que rebasa con creces los límites marcados por La Liga.
La semana pasada, justo a tiempo para lograr inscribir a varios de los nuevos fichajes antes del debut oficial del equipo, el Barça anunció el acuerdo alcanzado con Gerard Piqué. En el regreso del público al Camp Nou la hinchada coreó el nombre del zaguero, pero señaló públicamente a otros capitanes como Jordi Alba y Sergi Roberto, acusándoles de no arrimar el hombro por el bien de la institución.
Ambos jugadores mostraron su malestar tras el partido -especialmente el lateral de l'Hospitalet-, en una crítica indirecta a la comunicación pública que Laporta está haciendo de todo este asunto. El presidente tomó nota y en su rueda de prensa del lunes tuvo palabras pacificadoras hacia el resto de pesos pesados de la caseta. "Esperamos que otros capitanes actúen en la línea de Piqué. Las negociaciones van muy bien y se están portando extraordinariamente", aseguró.
Joan Laporta en comparecencia pública / FCB
Negociaciones individuales
Los planes de Laporta están claros: la situación de urgencia del club exige que todos, casi sin excepción, rebajen sus nóminas. Sin embargo la estrategia pasa por hacerlo caso por caso, a diferencia de lo ocurrido en 2020 con el recorte temporal a todos los empleados del club a causa de la pandemia.
"Hay algunos, como Piqué, que lo más claro era hacer una reducción para inscribir jugadores. El gesto de Piqué es extraordinario. Los otros se está contemplando o bien un aplazamiento o una supresión de los bonus por títulos. Se buscan soluciones", explicó Laporta ante los periodistas el lunes, insistiendo en la idea de que se trata de negociaciones individuales, en base a las necesidades del club.
Fichas más altas
El primer bloque de esta reestructuración de salarios lo compone el grupo de capitanes, los cuales se sitúan en la parte alta de la pirámide de fichas del primer equipo. Pero detrás de ellos aparecen otros integrantes del plantel, con menos años en el club, pero con nóminas muy elevadas. Nombres como Antoine Griezmann, Philippe Coutinho -cada día más cerca de permanecer un año más en Barcelona- o Ousmane Dembelé serán los siguientes.
Antoine Griezmann en una acción contra la Real Sociedad, en la victoria del Barça en su debut en Liga / FCB
A partir de ahí, desde las oficinas del club pretenden ir bajando progresivamente a otras fichas más reducidas. De hecho, nadie estaría a salvo de este recorte excepto aquellos que, por rendimiento y juventud, la entidad aspira a renovar próximamente. Esto son los casos por ejemplo de Pedri -con un salario ínfimo en comparación a su rendimiento y cuyo contrato finaliza en 2022- y Ansu Fati -que también finaliza su vinculación el año que viene.
"Terreno pantanoso"
En su alocución, Laporta acusó directamente a su predecesor de una "política deportiva errónea". "Es la pirámide invertida, que los veteranos tienen contratos largos y los jóvenes contratos cortos". Una estructura salarial que la nueva junta quiere revertir, aunque su máximo representante advirtiese de lo "difícil" que va resultar concretar estos planes.
Joan Laporta en el palco del Camp Nou, en el debut en Liga contra la Real Sociedad / EFE
"La dirección deportiva está trabajando para reducir la masa salarial y hay algunos jugadores con los que hemos llegado a un acuerdo, pero con otros no es tan fácil. Estamos en un terreno muy pantanoso, que conlleva muchos riesgos para la entidad y requiere su tiempo", señaló el abogado barcelonés tras la marcha de Messi. Una tarea por tanto compleja y llena de obstáculos.