La ex Compliance Officer del FC Barcelona Noelia Romero, que fue despedida por no realizar sus funciones correctamente a criterio del club, está a la espera de la resolución del juez de lo social sobre su demanda. La exempleada planteó por el contrario un pleito por despido improcedente. Es un caso que también se ha convertido, como casi todo en el Barça, en un foco mediático porque su conflicto laboral vino a coincidir, cuando explotó, con la doble investigación interna del llamado Barçagate.
El desencuentro pudo haberse evitado según fuentes próximas al caso si la directiva hubiera aceptado, en su momento, una oferta del abogado de Noelia Romero, que propuso cobrar una indemnización de un año y medio y zanjar el asunto; es decir, un pacto para no llegar a ningún tipo de juicio laboral ni tampoco dar facilidades a la prensa, para que su despido no se sumase en aquel momento a la tensión y la crispación, sobre todo mediática, creciente, en contra de la directiva de Josep Maria Bartomeu.
Un pacto extrajudicial
La propuesta la hizo el abogado de Noelia Romero en una reunión convocada fuera del club y en presencia de un directivo de Josep Maria Bartomeu que, sospechando la posibilidad de alguna maniobra por su parte, propuso la presencia de un testigo ajeno al FC Barcelona y de máxima confianza.
Antonio Jordà, el abogado de Noelia Romero, de acuerdo con esta información de la que existen testigos, tomó la iniciativa de sugerir este pacto extrajudicial cuando la Compliance aún no había sido ni siquiera despedida. El ofrecimiento se produjo cuando desde la alta dirección del FC Barcelona se le comunicó que pasaría a estar en situación de suspendida de empleo y sueldo en el periodo entre el 5 de junio de 2020, cuando el club tomó esa decisión basada en una falta muy grave, y la fecha en la que se le comunicó por escrito su despido, el 9 de julio.
Falta muy grave
Los motivos expuestos por el club para su despido se basan en el incumplimiento de sus funciones en relación con la Comisión de Compliance y por su actitud contraria al Principio de Transparencia, el Código Ético y el Manual de Buenas Prácticas de los miembros de Comisiones del FC Barcelona.
Se la acusó también que entorpecer la investigación de KPMG sobre el cumplimiento de sus propias obligaciones profesionales negándose a facilitar información. El club en sus conclusiones determinó como falta muy grave que intentara ocultar su mala praxis profesional.
La amenaza del abogado
En el club hubo un determinado sector que sospechó desde el primer momento que las actuaciones de Noelia Romero en sus funciones de Compliance podrían tener esa única finalidad, la de provocar un despido y una indemnización. La sorpresa fue recibir esa oferta de callar y no acudir ni a los tribunales ni a la prensa a cambio de uno año y medio de sueldo.
La nueva 'compliance officer', Noelia Romero, en un viaje / REDES
La respuesta por parte del interlocutor del FC Barcelona, persona de extrema confianza del expresidente Josep Maria Bartomeu, acompañada de un testigo, fue de rotunda negativa a aceptar lo que podría ser un chantaje o una extorsión, pero que en aquel momento solo quiso ser calificada de amenaza, de un intento por parte del abogado de sacar provecho del posible miedo escénico de la junta por la explosión del Barçagate.
Una petición de 200.000 euros
El caso es que los argumentos sobre los que se basó su despido poco tienen que ver con ese caso y sí con deficiencias graves en su trabajo, motivo por el cual se la acabó despidiendo tras ese periodo previo de suspensión de empleo y sueldo.
Las personas testigos de esta reunión no fueron capaces de refrendar si verdaderamente la propia Noelia Romero conocía la existencia de esta reunión ni si estaba al corriente de los planes de su abogado, quien sugirió también la posibilidad de realizar facturas a terceros, según esta fuente del FC Barcelona. La cantidad propuesta a cambio de esa retirada rondaba 200.000 euros.
Cambio de estrategia
Igualmente, la negativa de la junta de Josep Maria Bartomeu fue reiterada. El abogado dejó la puerta abierta a que la junta se lo replantease e insistió por otros canales por si se producía un giro. También por esa vía recibió una negativa igual de definitiva.
Maria Teixidor y Emili Rousaud en una imagen de archivo / REDES
El juicio reciente ante la autoridad laboral se realizó sin que el abogado del club, ahora bajo la presidencia de Joan Laporta, expusiera esta situación concreta ante el tribunal pese a que contaba con los testigos y la predisposición de estos a colaborar con la justicia y explicar con todo detalle el incidente. Pudo hacerlo, pero Berenguer Tomás, el letrado de la entidad, cambió de estrategia en el último momento de manera que no planteó al testigo la pregunta que podría servir para sacar a colación lo sucedido.
Maria Teixidor y Eduard Tombas
Noelia Romero, por su parte, salió del juicio declarando que el club había intentado negociar un acuerdo antes de la sesión y que ella se había negado.
Curiosamente, en el juicio, de parte de Noelia Romero fueron llamados a declarar Maria Teixidor y Enrique Tombas, los dos padrinos de la junta de Bartomeu --luego directivos dimisionarios y disidentes del presidente-- mientras que otros exdirectivos lo hicieron citados por la defensa.
Pedro Lluís Mellado
Por las actuaciones legales del club a la hora de la verdad, con la dirección del área jurídica en manos de Pedro Lluís Mellado, amigo y exempleado de Laporta en su bufete, se puede deducir un interés distinto en defender el despido de la anterior Compliance por parte de Josep Maria Bartomeu, ya expresidente del club.