Lionel Andrés Messi Cuccittini (24 de junio de 1987, Rosario, Argentina) ha confirmado este domingo 8 de agosto que se va del FC Barcelona. En un discurso de apenas ocho minutos, el astro argentino desgrana los motivos que le llevan a abandonar el club de su vida entre lágrimas, visiblemente emocionado por poner fin a una etapa de 21 años. Llegó al Barça con solo 13 y se va a los 34, con 35 títulos en su palmarés blaugrana.
Tras ese preparado y memorizado speech inicial, el mejor jugador de la historia del Barcelona ha atendido a los medios de comunicación: un total de 20 preguntas moderadas por José Manuel Lázaro y donde el dircom del club, Álex Santos, dio prioridad a los medios públicos catalanes, TV3 y Catalunya Ràdio, tras la intervención inicial de Barça TV. A lo largo de esa ronda de preguntas, Messi desliza dos motivos de peso que ayudan a entender que deje el Barça.
El motivo económico
Si bien el delantero rosarino, reciente campeón de la Copa América, deja claro en todo momento que su voluntad era seguir en el club, también expone dos razones que ayudan a explicar su salida: una económica y otra competitiva. Por un lado, Messi reconoce que alcanzó un acuerdo para rebajarse el sueldo al 50% y que aún así no fue posible: “Yo había bajado un 50% mi ficha, habíamos rebajado el contrato… Y no se me pidió más nada. Eso que se dice por ahí de que me pidieron bajar un 30% más es mentira. Hay muchas cosas que se dicen que no son verdades”.
Leo Messi, en la rueda de prensa de su despedida / EFE
Leo argumenta que nadie en el club le hizo otra oferta a la baja, aunque tampoco de su parte nació buscar otra solución alternativa. No intentó hacer regates imposibles hasta el último minuto del tiempo de prolongación. “Hice todo lo posible por quedarme, pero no se pudo”, insistió. Las fuentes consultadas por Culemanía advierten, en cambio, que se podría haber pactado un salario más pequeño y pagarle a posteriori una indemnización mayor, cuando el Barça recuperase su nivel óptimo de ingresos. Una fórmula que no se ha llegado a poner sobre la mesa y que deja patente que el crack no contemplaba rebajar más su salario.
Preguntado por el papel de Laporta, Messi no se mojó demasiado, aunque se remitió al presidente para explicar los motivos de su adiós: “No sé si Laporta hizo todo lo que pudo, lo que tengo claro es que yo sí que hice todo lo posible por quedarme”. Cuando le insistieron sobre por qué no peleó hasta el final por quedarse, volvió a citar a Laporta: "Ya lo explicó todo el presidente".
El motivo deportivo
El segundo gran motivo que justifica la salida del 10 es puramente competitivo. El crack de la albiceleste se remitió a razones deportivas antes de remarcar un “yo siempre fui de frente con la gente”. Este fue el mensaje que lanzó cuando le preguntaron sobre la posibilidad de reforzar a un rival directo como el PSG: “La gente del Barça me conoce. Sabe que soy un ganador, que quiero seguir compitiendo. Mis últimos años los quiero terminar sumando títulos. Ya de paso felicito a Dani Alves, que estoy cerquita de él. Mi intención fue quedarme, no se pudo y mi idea es seguir compitiendo y seguir ganando”.
Leo Messi en la comparecencia de su despedida del Barça / EFE
“Me queda la espinita de conseguir otra Champions más. La semifinal de Liverpool, la de Chelsea con Pep… Tuvimos una generación con la que podíamos haber ganado otra Champions. Esto es fútbol. A veces se da, otras no. Se nos quedó la espinita. Y sí, es uno de mis objetivos. Quiero terminar mi carrera con el máximo de títulos y agarrar a Dani (Alves)", insistió, reforzando el argumento de su adiós por motivos competitivos el día después de hacer una fiesta de despedida con sus compañeros.
Messi sabe que si se quedaba en el Barça iba a ser muy difícil que volviese a ganar la Champions, mientras que en el PSG le espera un equipazo forjado a golpe de talonario con la connivencia de la UEFA: Neymar, Mbappé (si no se va al Madrid), Sergio Ramos, Wijnaldum, Donnarumma, Verratti, Paredes, Di María, Marquinhos… un equipo construido para ganar la orejuda y que se lleva preparando desde noviembre de 2020.
Sensación agridulce
Queda la sensación de que si Leo estuviese realmente dolido por salir, hubiese cargado contra Tebas, contra Laporta o incluso contra el expresidente Bartomeu, al que evitó hacer alusión: “El año pasado, cuando lo del burofax, sí que me quería ir, pero este año no, mi idea era quedarme”. Leo evitó a toda costa alzar el hacha de guerra, como hizo en el pasado. Quería rubricar una salida lo más plácida posible antes de comenzar el nuevo reto, ya cerrado aunque lo niegue, que le espera en París. Queda la sensación de que si realmente hubiese querido quedarse, podría haber hecho algo más.