El segundo ciclo presidencial de Joan Laporta acaba de recibir uno de los golpes más dolorosos, uno que no deseaban bajo ningún contexto dentro de la directiva del FC Barcelona. Se trata de la salida oficial de Lionel Messi, una noticia que deja totalmente tocado el actual proyecto blaugrana.
Leo Messi en un partido con el FC Barcelona / EFE
El principal reto del mandatario culé era conseguir la renovación del astro argentino y, así, extender un vínculo que había durado muchísimos años. "He venido aquí para mandar y tomar decisiones. No lo podremos hacer solos. Haré todo lo posible para que Leo se quede. Leo, ya sabes que te quiero mucho y que el Barça te quiere mucho. Sabes que si el estadio estuviera lleno cuando jugáis, no te querrías ir", fueron las declaraciones de Laporta tras ser ganador de las elecciones presidenciales.
Esa promesa incumplida es un golpe directo para el actual proyecto del Barça, que ha preferido respetar la estabilidad financiera antes de seguir chocando contra una dura pared. La positiva relación entre Laporta y Messi parecía ser un condimento que facilitaría las negociaciones, pero el panorama no favorece en nada a esta cuestión.
Joan Laporta abraza a Leo Messi / EFE
Un problema de años
Si bien se puede considerar como un fallo de la directiva del FC Barcelona, la realidad es que la cuerda entre el argentino y la entidad estaba tensándose desde hace muchísimos años. La gestión del antiguo presidente, Josep Maria Bartomeu, fue realmente negativa en ese sentido. A tal punto que el atacante estuvo a casi nada de abandonar al equipo durante el año anterior, durante el anuncio del famoso burofax.
Esos roces de Messi y el club comenzaron a darse con los errores en la planificación deportiva. Primero con la elección de entrenadores, que fueron mermando el nivel colectivo del Barça en cada una de las temporadas. Segundo con los fichajes poco influyentes que se realizaron a partir de la salida de Neymar, futbolista que el argentino consideraba clave dentro de la lucha de los objetivos.
Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu en una imagen de archivo / EFE
A partir de allí, llegaron los problemas económicos de la institución. Las decisiones financieras del equipo de trabajo de Bartomeu, relacionadas a fichajes estratosféricos y sueldos altísimos, incidieron en la crisis que se vive actualmente. Una crisis que ha impedido planificar correctamente el área deportiva, alcanzando un punto de ahogo en el que no ha habido forma de renovar oficialmente el contrato de La Pulga.
Extraño futuro
Es raro imaginarse un futuro sin Lionel Messi. Es un ejercicio difícil de realizar, por lo que para Joan Laporta será aún más complicado. Su salida abre preguntas sobre las soluciones que buscarán ante los obstáculos que se han encontrado en la Liga y, a su vez, en la construcción de un equipo que se quedará sin el mejor jugador de toda su gran historia. Sin dudas, son problemas que no son sencillos de solventar en tan pocas semanas.