Operación harto complicada. Aunque muchos medios la daban por cerrada este miércoles, Culemanía está en disposición de avanzar que las negociaciones para hacer viable el trueque entre Antoine Griezmann y Saúl Ñíguez todavía están “muy verdes” y lejos de ser una realidad. Si bien es cierto que existe voluntad de todas las partes para alcanzar un acuerdo, la realidad es que la dificultad salarial que ahoga al FC Barcelona no ayuda a facilitar un negocio que en otros tiempos parecería “de locos”.
El Barça de Laporta debe reducir unos 200 millones de euros la masa salarial del primer equipo, según avanzó recientemente Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional. Esto implica pasar de los 636 millones que se destinaron a salarios y amortizaciones el curso 2019-20, y los 506 presupuestos para el curso recién terminado (335 en salarios y 171 en amortizaciones) a una cifra que la próxima temporada debe rondar como máximo los 400 millones en total, ligeramente por encima de lo que se destinó a estos conceptos en un ya lejano 2014. Según el Fair Play Financiero, los parámetros máximos recomendados implican que los salarios no superen el 70% de los ingresos, que rondarán los 600 millones.
La amortización pendiente de Griezmann
Cae el límite salarial y deben caer las amortizaciones, donde precisamente Antoine Griezmann representa el trozo más gordo del pastel: su fichaje costó 120 millones en 2019 que fueron fraccionados en cinco años de contrato. Esto supone una amortización de 24 millones anuales de los que solamente se han liquidado dos anualidades, quedando pendientes otras tres. Es decir, faltan 72 millones de su fichaje por amortizar. Si se va sin ingresar esta cifra, generará pérdidas.
Griezmann, en la presentación como jugador del Barça / EP
El Barça trabaja a destajo desde su departamento de fútbol, liderado por Mateu Alemany, con el objetivo de incluir al menos a un jugador en el trueque por Griezmann. Al club le interesa la salida del francés por la importante reducción salarial que supondrá (percibía 34 millones brutos que este curso iban a subir a 42), indispensable para integrar a Messi en la nueva estructura salarial, como ya avanzó Culemanía la semana pasada.
El Atlético debería pagar entre 15 y 20 millones
Sin embargo, por mucha reducción de salarios que suponga, al Barça le interesa salvar esos 72 millones de amortización pendientes. Y no será fácil. Lo que pretende la entidad es que el Atlético le abone una cifra de entre 15 y 20 millones de euros al club azulgrana, además de la inclusión de uno, dos o, incluso, tres jugadores. Ello supondría ingresar casi un tercio de lo que resta por amortizar de Griezmann, de forma que se podría valorar a Saúl en 57 o 53 millones de euros. Y esta cifra, si se amortizase en cinco años de contrato, se reduciría considerablemente: unos 11 millones al año. Lo que se traduce en más oxígeno.
Saúl, celebrando un gol ante el Sevilla | EFE
Esta situación sería similar si en la operación se introduce a jugadores como Mario Hermoso o Renan Lodi. En ese supuesto, los 72 millones pendientes de amortizar por el Principito se repartirían entre los tres futbolistas, recibiendo cada uno una tasación de valor concreta que, en total, sumaría como mínimo la citada cifra. Por tanto, en la precaria situación en la que se encuentra el Barça, podría decirse que este trueque puede ser favorable tanto por la reducción salarial como por la reconfiguración de un elevado montante de dinero que se debe amortizar.
Interés deportivo: tres posiciones que falta reforzar
A nivel deportivo, al club catalán también le interesa la operación porque si llegan los tres jugadores citados el Barça reforzaría las tres posiciones que van más cojas en estos momentos: un centrocampista físico y con llegada (Saúl), un lateral izquierdo que supla la marcha de Junior (Lodi) y un central zurdo (Hermoso), que ayudaría a sacar del equipo tanto a Samuel Umtiti como a Clement Lenglet.
Clement Lenglet celebrando su gol con Griezmann, Roberto y Umtiti, todo señalados a dejar el Barça / EFE
Sin embargo, lo que más le interesa a la institución es poder ingresar una parte de dinero por Griezmann ya que, en caso de que lleguen los tres futbolistas, la reducción de masa salarial no sería tan elevada como pretende Laporta para poder encajar el nuevo salario de Leo Messi. Es evidente que toca hacer encaje de bolillos y, por muchas prisas que tengan algunos, va para largo.