Joan Laporta no deja de llevarse sorpresas desde que accedió a la presidencia del FC Barcelona y pudo disponer de toda la información, facturación y contratos que el club realizó durante la anterior legislatura. El presidente aseguró en la última rueda de prensa que cuando acabe la auditoría económica interna que se está realizando, prevista para el mes de julio, se darán todos los detalles de las irregularidades que se están encontrando.
Sin embargo, muchas ya están saliendo a la luz: anomalías con los pagos del Espai Barça, facturas troceadas, pagos duplicados, desproporcionados... No se descarta pedir responsabilidades a Josep María Bartomeu y su junta. El útlimo ejemplo tiene al ojeador brasileño André Cury en el centro de la polémica.
André Cury: con Neymar en una imagen de archivo / EFE
Y es que Catalunya Ràdio desveló que el intermediario, conocido por traer a Neymar al Camp Nou en 2013 y plantear su salida en 2017; venía facturando, durante los siete años en el Camp Nou, 685.000 euros anuales. Una cantidad que multiplica por diez a la que percibían el resto de scouters, que tenían fijados unos 70.000 euros anuales. Unas cifras a las que además se le podrían sumar varias comisiones silenciadas, aceptadas por la junta anterior.
Comisiones silenciadas
Más allá de una serie de gastos adicionales totalmente inclasificables y sin ningún recorrido que pasó Cury al Barça, como una estancia un mes entero en una habitación del alto standing en un hotel de lujo muy próximo al Camp Nou; el contrato del intermediario también incluía algunos variables que podía aumentar su nómina en 80.000 euros más anuales.
Se trata de comisiones relacionadas con el rendimiento deportivo del primer equipo, según la emisora catalana, y que nunca han aparecido en los contratos de colaboración de los demás scouters internacionales. En este sentido, Cury podría sumar 20.000 euros más si el Barça llegaba a cuartos de la Champions; 25.000 si se ganaba la corona europea; 20.000 por ganar la Liga y 15.000 por ganar la Copa del Rey.
André Cury en una imagen de archivo / Redes
La situación todavía es más grave, si cabe, porque Cury ha intentado cobrar este último año, pese haber sido teóricamente despedido hace un año. El intermediario argumenta que nadie del club todavía no le ha notificado su despido y que por eso pasa sus facturas de manera mensual al Barcelona con el objetivo de recibir el pago correspondiente.
Laporta no solo no tiene intención de pagar estos gastos sino que además contempla la posibilidad de acudir a la justicia para averiguar un posible delito de malversación del dinero de los socios por parte de la anterior directiva.