Día clave en el transcurso del Barçagate. Òscar Grau, antiguo CEO del FC Barcelona, y Román Gómez Ponti, ex jefe de los servicios jurídicos, han declarado ante el Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona. Los antiguos empleados de la entidad han declarado que la monitorización de las redes era necesaria, que Josep Maria Bartomeu fue el que lo ideó y Jaume Masferrer, quien lo ejecutó.
Ellos cuatro fueron los detenidos por los Mossos d'Esquadra el pasado 1 de marzo. El cuerpo policial registró las oficinas del FC Barcelona, así como los domicilios del expresidente y su asesor. Todos ellos se acogieron al derecho a no declarar, Grau y Gómez Ponti fueron puestos en libertad esa misma tarde, mientras Bartomeu y Masferrer pasaron la noche en el calabozo.
Indignación
A día de hoy, tal y como ha podido saber Culemanía, desde el entorno de Josep Maria Bartomeu siguen indignados por cómo actuaron los Mossos d'Esquadra en su detención. Y es que no había orden de la juez instructora, Alejandra Gil, quien se sorprendió por el hecho de que el empresario estuviera esposado en comisaría.
Bartomeu, en una imagen de archivo | EFE
Todavía no se pueden creer, además, que tuvieran retenidos a Gómez Ponti y Grau durante una hora y a Masferrer y Bartomeu, durante dos. El hecho de pasar la noche en el calabozo fue la gota que colmó el vaso. Los Mossos querían que hubiera declaración, pero el asesor y el expresidente se negaron también a la mañana siguiente.
El último episodio polémico de Bartomeu con los Mossos ha sido que el cuerpo policial no aportó la auditoría de Price sobre el Barçagate como prueba documental. Los abogados de la defensa solicitaron que se incluyera en el caso y, eso sí, tardaron únicamente 48 horas en aportarla como evidencia.
Relación con Laporta
Mientras el caso todavía sigue en marcha, el que era número dos de la policía catalana, Ferran López, entró en el FC Barcelona a raíz de la victoria de Joan Laporta en las elecciones del pasado 7 de marzo. El presidente es, además, amigo personal de Josep Lluís Trapero, jefe de los Mossos.
Ferran López en una imagen de archivo / EFE
Trapero y Laporta conservan una relación amistosa y en alguna ocasión se les ha visto juntos con Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat. Ferran López, por su parte, actual jefe de seguridad del Barça, asumió las labores de Trapero mientras estaba inhabilitado y el 155 seguía vigente.
La política, detrás
No es la primera vez que se dice que al poder político de Catalunya le interesaba apartar a Bartomeu de la presidencia del Barça por su equidistancia en todo lo relacionado con la independencia. Se entendía con Artur Mas, pero no con Carles Puigdemont. El empresario creía que la intención del expresidente de la Generalitat era politizar el club.
Sergio Busquets celebrando un gol en el Barça-Las Palmas de 2017 / FC Barcelona
La decisión de jugar el 1 de octubre o el tibio comunicado tras el encarcelamiento de los presos pudieron costarle caros a Bartomeu.En la primera inspección de los Mossos en el Camp Nou, según apunta El Mundo, la policía señaló que "alguien debe defender los intereses de los socios del club".
El mismo medio asevera que el entorno de Bartomeu define lo sucedido con las detenciones del Barçagate como "una trama política externa con altas complicidades internas".