Temporada inolvidable para el fútbol vasco. El Athletic Club levantó en enero la Supercopa de España, la Real Sociedad hizo lo mismo con la Copa del Rey y clasificándose para la Europa League y dos Segunda B estarán la próxima temporada en la categoría de plata del fútbol español. La única mancha es el descenso del Eibar.
En el próximo curso, los clubes del País Vasco tendrán seis equipos en la élite: tres en Primera y tres en Segunda. Y podrían haber sido más si el filial de los de Lezama hubieran conseguido la victoria contra el Burgos en la final de los playoff. Aún así, superan a otras comunidades históricas como Catalunya.
Athletic Club, Real Sociedad y Deportivo Alavés seguirán dando guerra en la Liga, mientras que el Eibar, el filial de la Real Sociedad --entrenado por Xabi Alonso-- y el modesto Amorebieta --ciudad de poco más de 15.000 habitantes-- lo harán en la segunda competición. Los clubes vascos ganan importancia dentro del territorio.
Amorebieta celebrando el ascenso a Segunda División / EFE
Si comparamos la situación del fútbol catalán con el vasco, vemos una clara diferencia. La próxima temporada FC Barcelona y RCD Espanyol estarán en Primera, a la espera de que el Girona salga victorioso del playoff. A parte de los gerundenses, se pueden quedar en Segunda el Sabadell, que se jugará en la última jornada la permanencia. Cuatro contra seis.
Efecto embudo
El País Vasco ha sido tradicionalmente una cuna del fútbol español. A los dos clubes hegemónicos --Athletic Club y Real Sociedad-- les ha salido otros competidores. En vez de combatirlos debilitándolos con fichajes --que sí que se han dado en varias ocasiones-- han sabido convivir y se han retroalimentado con una competitividad sana.
En el fútbol catalán, la situación es más complicada. Hay un club, como es el Barça, que eclipsa todos los demás. Expertos en fútbol formativo consultados por Culemanía, apuntan que esto ya se ve desde las categorías inferiores. Grandes filiales --Damm, Europa, Cornellà, Manresa...-- cuyos jugadores terminan en La Masía o Espanyol.
Messi en una acción del Barça - Espanyol / FCB
La importancia nacional e internacional de los azulgranas es un arma de doble filo. Por un lado, ponen en valor al fútbol catalán aumentando su nivel. Por el otro, todas las entidades están condicionadas por las necesidades del coloso. Sin ir más lejos, Ilaix Moriba, uno de los futbolistas más cotizados del filial, procede del conjunto periquito.
El Barça es el principal causante que el fútbol catalán no cuente con tanta competencia. El nivel establecido por los culés hace que el listón esté mucho más alto y que sea mucho más complicado llegar a competirles la hegemonía en Catalunya. Muchos lo intentaron --Lleida, Nàstic, Figueres…--, pero solamente el Espanyol y el Girona persisten.
Nuevo impulso al fútbol vasco
Más allá del aspecto deportivo, institucionalmente el Gobierno Vasco quiere que su modelo de fútbol perdure en la élite. Por ese motivo, la semana pasada se anunció que en caso de recibir fondos europeos para la recuperación económica, más de 93 millones de euros estarán destinados al deporte.
Williams en una acción en la final de la Copa del Rey / EFE
Unos 25 millones se destinarán a renovar las ciudades deportivas de los clubes, con el claro objetivo de cuidar a los más jóvenes. Pero quien saldrá más beneficiado será el Deportivo Alavés. En la ciudad vitoriana construirán Araba Sport Capital, un proyecto de 64 millones de euros con el objetivo de fomentar la práctica deportiva entre los que empiezan en este mundo.
De los 18,5 millones de euros invertidos por el Gobierno vasco en 2020, el ejecutivo quiere superar los 90 este año. Una apuesta clara por parte de las instituciones para el deporte, especialmente el fútbol. Un premio a una temporada histórica.