Joan Laporta tiene la difícil misión este verano de hacer un equipo competitivo para el próximo curso sin que la situación económica se resienta mucho más. La nueva junta directiva del FC Barcelona espera este curso 350 millones de euros de pérdidas y tienen una deuda a corto plazo de más de 700 millones.
El máximo mandatario, que recientemente ha cerrado un acuerdo con Goldman Sachs por 500 millones de euros, no quiere que los problemas de liquidez sean una excusa para evitar la tan deseada renovación. Se pondrán a la venta a varios jugadores, se irán a buscar aquellos que queden libres y tampoco se puede descartar la fórmula del trueque.
Este tipo de operaciones son más que habituales en otros deportes como el baloncesto, pero también en otras ligas de fútbol como la Serie A. Así no se desinan muchos recursos y los equipos se refuerzan sin hacer grandes desembolsos. Ahora, se ha puesto sobre la mesa el posible intercambio entre Antoine Griezmann y Joao Félix.
El posible intercambio
Según las últimas informaciones, aunque Enrique Cerezo lo haya descartado, apuntan que tanto Barça como Atlético de Madrid no verían con malos ojos un truque entre dos de los jugadores más valiosos de su plantilla y que menos rendimiento están dando. Una buena opción de reforzar ambos conjuntos sin tocar la caja.
Joao Félix, celebrando su gol ante el Leipzig | EFE
En verano de 2019 los culés pagaron 120 millones de euros a los colchoneros por Antoine Griezmann. Aunque ha firmado un buen final de temporada, el francés de 30 años no ha dado el paso adelante que muchos esperaban. No se puede descartar que Laporta le busque una salida, sea en forma de traspaso o de intercambio.
Algo parecido sucede con Joao Felix, delantero del Atlético de Madrid. Se abonó 127 millones de euros por él y no se ha terminado de adaptar al juego del Cholo Simeone. Difícilmente los del Wanda Metropolitano acepten un intercambio sin poner dinero básicamente por dos aspectos: el portugués tiene 21 años y no 30 como el galo y su ficha salarial es bastante inferior a lo que cobra el azulgrana.
El trueque, herencia de Bartomeu
En Barcelona, pocos sabían en que consistían este tipo de operaciones de intercambio. En los últimos años de mandato de Josep Maria Bartomeu vimos hasta tres trueques con el objetivo de cuadrar las cuentas, una operación totalmente legal, aunque discutible deportivamente.
Una foto de Neto Murara y Josep Maria Bartomeu durante la presentación del guardameta / FCB
Fue Neto Murara y Jasper Cillessen quienes sentaron este precedente en verano de 2019. El Valencia pagó 35 millones de euros por el neerlandés antes del cierre del ejercicio económico. Luego los culés oficializaron la llegada del brasileño por 26 millones de euros fijos más nueve en variables, todos ellos de fácil cumplimiento.
En 2020 tenemos dos ejemplos. El primero, menos conocido, se dio en el filial. El delantero Alejandro Marqués se iba a la Juventus de Turín y en su lugar llegaba Matheus Pereira. En este caso, el segundo llegaba cedido con obligación de compra. La operación se tasó en ocho millones de euros.
La más conocida, por los jugadores y las cantidades económicas fue entre Miralem Pjanic y Arthur Melo. La Juventus pagaba 70 millones de euros por el brasileño y el Barça 60 por el bosnio, diez a favor del Barça. Los culés conseguían de esta operación cuadrar momentáneamente las cuentas.
Arthur y Pjanic, en un montaje | Culemanía
A diferencia de estos mercados de fichajes, el motivo principal por el que puede verse este verano los intercambios es el aspecto deportivo. Aunque puede ayudar a aligerar la masa salarial e incluso a cuadrar las cuentas, el objetivo de Joan Laporta es encontrar jugadores que sumen más que aquellos que no han aportado demasiado los últimos tiempos.