El FC Barcelona está cada día un poco más cerca de terminar convertido en una Sociedad Anónima. Desgastado económicamente tras la gestión de Josep María Bartomeu y la pandemia del coronavirus, el club blaugrana se vuelve a poner en riesgo con la última decisión de Joan Laporta. El nuevo presidente ha firmado un nuevo crédito de 500 millones de euros que supone disparar la deuda todavía más: 1.674 millones.
El club se niega a valorar el acuerdo firmado con Goldman Sachs, que ha sido filtrado a L’Esportiu de Catalunya este martes por la tarde. De hecho, desde la entidad remiten al citado medio en lugar de dar explicaciones sobre las condiciones económicas de un acuerdo que pueden comprometer el futuro de la entidad azulgrana.
Joan Laporta con su asesor económica durante la campaña electoral, Jaume Giró / EFE
Actualmente el Barça ya debe 1.174 millones que se dividen de la siguiente manera: 731 millones son deudas a corto plazo (deben ser abonadas antes del próximo 30 de junio) y 443 millones son a largo plazo. A partir de ahora, este último epígrafe pasaría a ser de 943 kilos si se hace uso de la totalidad del crédito, una fórmula algo distinta a la emisión de bonos que explicó en campaña electoral junto al que iba a ser su vicepresidente económico, Jaume Giró, y que precisamente dimitió justo después de ganar porque vio prácticas extrañas que podían hacer peligrar el club.
El desglose de la deuda
La memoria anual del club concreta más detalles de la deuda heredada: 265 millones con entidades bancarias, 427 millones a acreedores comerciales, 84 millones a proveedores, 126 millones a entidades deportivas, 164 millones a personal deportivo, 55 millones a la administración pública (seguridad social e impuestos), entre otros conceptos de la deuda a corto plazo. Mientras que a largo plazo se deben otros 198 millones por obligaciones y valores negociables, 13 millones a los bancos, 196 millones a entidades deportivas y 34 millones al personal deportivo del club.
El crédito firmado con Goldman Sachs, que según el diario As servirá para “tapar agujeros” y dar “dos años de tranquilidad” al club, también supone poner en riesgo el modelo de propiedad. Un club que actualmente es de los socios podría dejar de serlo.
Modelo Reus Deportiu
Si la deuda del Barça no se empieza a reducir de manera urgente, sino que ocurre todo lo contrario y sigue creciendo, la entidad que preside Laporta podría terminar en bancarrota. Ello supondría tener que ir a concurso de acreedores, algo similar a lo que le ocurrió al Reus Deportiu que dirigía Joan Oliver financiado por una sociedad, Core Store SL, donde se encontraba el propio Laporta.
Una foto de una de las últimas ruedas de prensa de Joan Oliver en el Reus / REUS CF
El presidente culé, que ya cerró con importantes pérdidas el ejercicio económico de 2010 en su etapa anterior, donde indemnizó al propio Joan Oliver con 852.787 euros, según el diario Marca, debe ahora mejorar su gestión económica para no incurrir en los errores de antaño. Por este motivo, aumentar la deuda en otros 500 millones puede ser una medida que se acabe girando en contra del club si el control de gasto no es el adecuado.