Joan Laporta ya prometió durante toda la campaña electoral que, si llegaba a la presidencia del Barça, trataría de conseguir que de nuevo el club tuviese un peso importante en las instituciones. Algo en lo que está trabajando desde el primer día. El abogado está apostando por una estrategia conservadora en la partida de ajedrez que hay ahora mismo en el fútbol tanto español como europeo.
Un hecho que se ha evidenciado con la puesta en marcha, de forma poco efectiva, de la nueva Superliga Europea. Laporta se posicionó a favor de esta nueva competición, que le permitiría solventar la grave situación económica de la entidad y a la vez, colocar al Barcelona a la altura de los más grandes de Europa. No obstante, para cubrirse las espaldas, añadió una cláusula para que fuesen sus socios los que tuviesen la última palabra.
Florentino Pérez y Laporta, en un Madrid-Barça / EFE
Decisiones que le han permitido, tras toda la polémica que saltó tras anunciarse el torneo, salir relativamente fortalecido. Los socios se han mostrado agradecidos porque su palabra tuviese peso en la decisión. El presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, defendió su papel al considerar que "estaba bajo mucha presión por una mala situación financiera que herededó; pero al mismo tiempo, como astuto negociador, se aseguró una estrategia de salida”. Y finalmente, fortaleció las relaciones con el Real Madrid de Florentino Pérez, al no saltar del barco cuando los demás sí lo hicieron.
Por tanto, por el momento Laporta, en este contexto de guerrillas y constantes tensiones, está apostando por llevarse bien con todas las partes y no mojarse del todo por nadie. Una estrategia que le permitirá ganar tiempo, y tomar partido cuando la situación sea mucho más favorable, y el Barça no vaya a salir extremadamente perjudicado.
Quiere tener a las élites del fútbol español de su lado
Asimismo, en estos primeros meses Laporta no solo se está ganando el respeto en las instituciones europeas, sino que también está recuperando el tiempo perdido con las élites del fútbol español. En este sentido, no tardó en concertar una reunión para conocer presencialmente a José Manuel Franco, nuevo presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD).
Por otra parte, el presidente blaugrana sigue trabajando para reconducir la relación con Javier Tebas, presidente de la Liga. El líder de la patronal no guarda especial rencor al Barça por la Superliga, pero sí con el Real Madrid de Florentino Pérez. Para ello, contará con la ayuda de Jaume Roures, propietario del grupo Mediapro y cercano a Laporta desde su primera etapa en el club, como demuestra el hecho que ayudó al presidente del Barça a conseguir el aval necesario para poder ser investido como presidente. Hay muy buena sintonía entre los dos empresarios, y el abogado espera que poco a poco los lazos con Tebas se vayan estrechando.
Rubiales, Laporta y Tebas en un fotomontaje / Culemanía
Finalmente, Laporta también está haciendo esfuerzos para entenderse con Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Han tenido ya varios encuentros, como en finales de la Copa del Rey de Fútbol Sala o en la reunión para preparar la Copa del Rey de fútbol. El presidente blaugrana apostó por no delegar en ninguno de estos actos, y poder verse personalmente. Laporta y Rubiales están llamados a entenderse. Ambos tienen un carácter similar y será sencillo que surja afinidad. El presidente espera cultivar una relación similar a la que tuvo con Ángel María Villar, a quien muchos acusaron precisamente de favorecer al Barça a través de los arbitrajes por la buena relación que tenía con la directiva.
La hoja de ruta de Laporta está clara. Tender la mano a quién lo necesite, tanto en Europa como en España, para posteriormente sacar beneficio a favor del club. El abogado es consciente de que es responsable de un verdadero transatlántico, al que todos quieren tener en su equipo. Lo que le da la oportunidad de ir con pies de plomo, y sin precipitarse, tomar la decisión más conveniente en cada momento.