La decisión de prácticamente todos los fundadores de dar marcha atrás y desligarse de la nueva Superliga, ha comportado una decepción importante a Barça y Real Madrid, de momento los únicos dos clubes que siguen dentro. Y es que los dos grandes del fútbol español ya contaban con los ingresos que les comportaría esta nueva competición para resolver sus problemas de tesorería.
Tanto blancos como culés han visto reducidos de forma sustancial sus ganancias durante las últimas temporadas, por culpa de la pandemia del coronavirus. La ausencia de aficionados en el estadio y de turistas les ha condenado a varios cursos en números en rojo. Lo que ha comportado que su deuda total se dispare. En Chamartín acumulan ya 901 millones, mientras que los culés se van hasta los 1.173 millones.
Joan Laporta y Florentino Pérez en el palco del Alfredo di Stéfano / EFE
La intención con la nueva Superliga era ingresar 350 millones solamente por participar. Unas cifras que podrían incrementarse considerablemente en función de la clasificación final. Unas retribuciones que les habrían permitido no solo cuadrar números, sino también reducir considerablemente esta deuda, y afrontar sin problemas el pago de futbolistas y trabajadores a final de temporada. Ahora, deberán olvidarse de este sueño y plantearse nuevas formas de incrementar sus beneficios y reducir sus gastos.
Más oxígeno para el nuevo Bernabéu y el nuevo Camp Nou
Asimismo, estas cantidades habrían dado tanto a Barça como Real Madrid más oxígeno para enfrentarse a los proyectos más importantes de su historia reciente. En los próximos meses, y a la espera de qué decida Joan Laporta, el Barça deberá dar luz verde al Espai Barça. Unas obras que costarán más de 815 millones de euros, que se deberán devolver durante los próximos 30 años a Goldman Sachs.
Por su parte, el Real Madrid tendrá que pagar una cuota anual fija de 29,5 millones a partir del 30 de julio de 2023 y hasta su vencimiento el 30 de julio de 2049 (27 cuotas). Por lo tanto, el precio total de su nuevo estadio, cuya construcción sigue avanzando, se irá hasta los 796,5 millones de euros.
El nuevo Santiago Bernabéu, y el nuevo Camp Nou, en un montaje | REDES
Este ingreso extra habría permitido a los dos clubes afrontar con mucha más tranquilidad este préstamo, e incluso cambiar las cláusulas y devolverlo en menos años, pagando menos intereses. Una idea que también se ha desvanecido.
¿Adiós a un fichaje importante?
Finalmente, tanto Barça como Real Madrid se frotaban las manos, ya que estas ganancias habrían tenido un papel determinante en sus próximos mercados de fichajes, con los nombres de Mbappé, Haaland y Messi en el punto de mira. Se prevé un periodo de traspaso especialmente relevante para el futuro del fútbol europeo. Muchos nombres clave, que podrían reforzar considerablemente un proyecto. Tanto culés como madridistas querían dar un golpe sobre la mesa con este dinero.
Y es que el ingreso de la Superliga habría permitido a Laporta mejorar considerablemente su oferta de renovación a Leo Messi, y asegurarle que serían favoritos no solo en fichar al delantero del Borussia, sino a otros jugadores importantes y que acaban contrato, como Depay, Agüero o Alaba. Ahora, deberá trabajar para cuadrar unos números inasumibles.
Mbappé, Messi y Haaland, en un montaje | REDES
Por su parte, Florentino Pérez está decidido a lanzarse a por Mbappé este mismo verano. El PSG le dejará marchar si no renueva su contrato, y se abrirá una subasta en la que los blancos son favoritos, por los deseos del francés de jugar en Chamartín. Sin embargo, sus problemas económicos comportarán que otros clubes con mucho más poder financiero, como Manchester City o Chelsea, también se sumen a la puja. Sin duda, la desilusión de la Superliga ha comportado un varapalo importante en los planes de futuro de Barça y Real Madrid, sobre todo a nivel económico.