Uno de los asuntos más conflictivos que se ha dado recientemente en el FC Barcelona ha sido la negociación de una rebaja salarial con el primer equipo. Se pactó un recorte del 70% durante el confinamiento de marzo –unos 48 millones de euros porque las competiciones estuvieron detenidas tres meses– y en noviembre se negoció un aplazamiento de los pagos a cuatro años (2025) por un total de 172 millones de euros (122 millones fijos más otros 50 en variables) que simbolizaba un 42,5% sobre el total de la masa salarial. Costó más de lo previsto, pero se alcanzó un acuerdo.
Los representantes del FC Barcelona, gobernado entonces por la comisión gestora que presidía Carles Tusquets, lograron la entente con los abogados de los futbolistas tras varias semanas de arduas negociaciones y aceptaron una adecuación salarial. Sin embargo, entre las condiciones que se pactaron existía una cláusula que permitía al club aplazar más pagos si era necesario, según ha podido saber Culemanía.
El público debía regresar el 28F
La citada cláusula es simple: se acordó el fraccionamiento de esos 172 millones bajo una previsión de que los estadios volverían a acoger al público a partir del 28 de febrero. Esto supondría un incremento de los ingresos que había sido previsto en los presupuestos, pero que finalmente no se ha cumplido. Al ser los ingresos inferiores a lo inicialmente previsto, el Barça se reservaría la posibilidad de fraccionar un porcentaje más elevado de los salarios.
Jordi Alba saludando a Joan Laporta / FC Barcelona
Fuentes del club consultadas por este medio indican que no hay novedades en este sentido y que no se prevén cambios, ya que bastante complejo fue alcanzar este acuerdo en su momento. En el club entienden que, de modificarlo, podría ocasionar un nuevo enfado de los jugadores. Además, en estos momentos, la nueva directiva presidida por Joan Laporta busca de todo menos erosionar el buen ambiente. El tono es totalmente conciliador. “Laporta ha devuelto la ilusión a todos”, aseguran.
Adendas en los contratos
Sin embargo, desde el sector de los futbolistas, hay agentes que consideran que el club todavía no ha hecho las cosas como debería haberlas hecho. Y es que una vez se pactó el acuerdo colectivo, y vinculante, para todos los jugadores, se suponía que se tenían que negociar acuerdos individualizados con cada futbolista. Al menos, eso era lo que defendía la representación de los jugadores, pero no los abogados del Barça.
En lugar de estipularlo individualmente por contrato, el club prefirió hacer unas adendas a sus contratos actuales estableciendo los plazos y cantidades de los fraccionamientos. Según ha podido saber Culemanía, no todos los jugadores las devolvieron firmadas.
Tres plazos
Los términos de pago con la quita aplazada quedaron claramente establecidos en tres plazos donde se les descontaría ese 42,5% del salario: enero de 2021, junio de 2021 y enero de 2022. Esa parte de sueldo no abonada en estas tres nóminas es la que el club se compromete a ir devolviendo hasta 2025.
Laporta con Mateu Alemany / EFE
La nueva situación tendrá como protagonista a Mateu Alemany, el nuevo director del área de fútbol con Laporta. De su habilidad en el mercado de fichajes dependerá poder traspasar a algunos de los jugadores sometidos a esta situación contractual –los Coutinho, Neto, Junior, Umtiti, Braithwaite y tal vez Griezmann o Dembelé– y aligerar el grueso de jugadores que arrastran pagos atrasados.