La llegada de Joan Laporta a la presidencia del FC Barcelona ha generado una ola de optimismo anhelada por muchos. Distintos empleados del club que fueron fieles a Josep María Bartomeu reconocen que la situación de crispación que se vivía en el Barça era insoportable y que ahora las aguas están mucho más calmadas. Algunos son conscientes de que les puede llegar la hora en las semanas venideras, pero de momento mandan un mensaje de ilusión y ganas de trabajar a las órdenes de la nueva directiva mientras se van conociendo detalles de una reestructuración por fases: marzo, abril, mayo y junio.
Laporta ejecutará distintos despidos en los próximos tres meses, que se sumarán a los ya efectuados en marzo. Sus hombres de confianza tienen en marcha una planificación de distintas fases para ir renovando la cúpula ejecutiva en dos ámbitos principales: el comité de dirección y la estructura deportiva. Los primeros señalados ya han caído.
Albert Soler y Román Gómez Ponti, dos personas de la máxima confianza de Bartomeu, han sido los primeros despedidos en la fase más incipiente de esta restructuración: la de marzo. El hasta esta semana jefe de los servicios jurídicos del club no era bien visto por el nuevo presidente, ya que lideró todos los frentes judiciales de la entidad, incluidos los recursos por la acción de responsabilidad contra la directiva de Laporta que salió del club en 2010, y fue uno de los recientemente detenidos e imputados por el Barçagate. Su cargo queda vacante a falta de que se nombre a un sustituto.
Los tres ejecutivos que ya no están
Soler fue uno de los primeros nombramientos del expresidente, en mayo de 2014, y tuvo un peso específico en la representación institucional del club y en diferentes parcelas deportivas como director de deportes profesionales: en una primera etapa, con el primer equipo y luego con las secciones, especialmente con la revolución del baloncesto. Sus ideas políticas, como miembro vinculado históricamente al PSOE, estaban muy alejadas de las de Laporta. Su cargo también queda vacante por el momento, aunque podría desparecer. En caso de que siga vigente, uno de los candidatos a ocuparlo sería Xavier O'Callaghan o, incluso, Gaby Cairo.
Estas dos carpetas vacantes se suman a la que ya quedó sin dueño el pasado 27 de enero, cuando el director comercial del club, Xavier Asensi, anunció que dejaba su cargo. Son las primeras áreas vacías del antiguo comité de dirección, tras el despido por parte de la gestora de Jaume Masferrer y el traslado de Anna Casal al departamento de marketing, pero no serán las últimas.
El comité de dirección del FC Barcelona con Bartomeu en 2019 / FCB
La segunda y tercera fase de despidos de Laporta abarcará a otras personas que eran muy próximas a Bartomeu y a parcelas donde el nuevo presidente precisa gente de su estricta confianza. Se ejecutarán en abril y mayo, pero hay un gran condicionante que será clave a la hora de priorizar unos casos por encima de otros: la fecha de finalización de sus contratos. Hay altos ejecutivos que tienen contrato hasta el 30 de junio de 2021 y lo normal es que en muchos casos lo terminen para no tener que ser indemnizados. En cambio, aquellos empleados que tengan contrato indefinido o hasta 2022 podrían ser los siguientes en saltar.
Óscar Grau, director general del club, no seguirá con Laporta, pero en estos momentos está prestando una gran colaboración tanto al que será nuevo CEO, Ferran Reverter, como al nuevo vicepresidente económico, Eduard Romeu. Es uno de los casos que está por ver si se soluciona entre abril y mayo o aguanta hasta junio.
Los cinco cargos que corren más peligro
Del mismo modo, los ejecutivos más vinculados a la parcela económica son de los próximos señalados: Pancho Schroeder (director financiero) y Bil Marannelli (jefe del área patrimonial y Espai Barça). Tampoco se les augura un futuro longevo en el club a Xavier García de las Moras, jefe de seguridad –Laporta ya ha nombrado incluso a un directivo especializado en esta materia–, y Mària Vallès, presidenta de la Fundació FCB, donde ya es público y notorio que Carles Puyol ocupará un rol muy importante. Por último, el máximo responsable de BLM (Barça Licensing and Merchandising), Joan Carles Raventós, está entre los que podrían ser despedidos en la segunda y tercera fase de la restructuración.
Otros altos cargos cuya continuidad aún no está garantizada son: Jordi Joly (director corporativo), Guillem Graell (marca), Sergio Jerez (tecnologías), Javier Sobrino (estrategia y conocimiento), Pere Jansà (área social) y Gemma Biosca (recursos humanos). El equipo de Laporta está en fase de análisis del trabajo que han hecho estos años.
Alemany liderará la nueva estructura deportiva
En cuanto a la estructura deportiva también se prevén novedades muy importantes. En primer lugar, la llegada de Mateu Alemany simboliza un cambio que supone recuperar un cargo similar al que en su día desempeñaba Raúl Sanllehí cómo máximo ejecutivo de fútbol. Alemany será el que negocie los fichajes, traspasos y salarios del primer equipo, asumiendo un rol que últimamente compaginaba Óscar Grau con sus tareas de CEO, que ahora recaerán en el ya citado Reverter. Por tanto, Laporta apuesta por dos perfiles para ocupar el rol de Grau. En el caso de Alemany, estará por encima de una estructura donde también se prevén novedades.
Comité de dirección en marzo de 2021, tras la victoria electoral de Laporta / FCB
Jordi Cruyff está llamado a ser el nuevo secretario técnico, pero en el club se valora mucho el trabajo de Ramon Planes, que podría seguir vinculado a la entidad aunque también tiene ofertas para salir. Uno de sus ayudantes es José Mari Bakero, que también se espera que siga en el club, junto con Guillermo Amor, actual portavoz institucional de la entidad, aunque en su caso, habrá que ver si le mantienen esta posición.
En cuanto a La Masía, ya se ha filtrado la no renovación de Patrick Kluivert, que seguirá siendo director del fútbol formativo hasta que termine su contrato el próximo 30 de junio, siendo de los que saltará en la cuarta fase de despidos para que después asuma el cargo José Ramon Alexanko. Paco Seirul·lo, gran activo histórico barcelonista, se prevé que siga en el club y está por ver si seguirá Franc Carbó, jefe del área de gestión de fútbol. Xavi Martín, actual director de La Masía, es de los que también corren peligro a pesar de que fue clave en la mejora del fútbol formativo a partir de 2019 junto al exdirectivo Xavier Vilajoana y su labor ha sido avalada por las familias y chicos de la casa, como Ilaix Moriba. Fue contratado por Sandro Rosell como Dircom, aunque una discusión pública entre ambos le costó el puesto. Posteriormente, lo rescató Bartomeu para La Masía y, a pesar de ese gesto, fue duro en su declaración ante los Mossos por el Barçagate, siendo muy fiel al club.
Parcela de comunicación
Por último, también se prevén algunos cambios en la parcela de comunicación, aunque de momento se está llevando con sumo cuidado. Laporta tiene a varias personas de confianza que podrían entrar en este departamento --Jordi Finestres, Alex Santos, Jordi Cuminal o Lluís Carrasco, entre otros-- pero todavía no se ha definido el organigrama. Hay que tener en cuenta que hay hasta tres exdirectores de comunicación que siguen trabajando para el club en otras áreas y que Laporta ya ha retirado una cuota de poder a Josep Vives como portavoz del club, algo que, por otra parte, era del todo previsible.
El expresidente del Bàsquet Manresa seguirá, de momento, gestionando la comunicación corporativa del área social, la Fundació FCB y el Grup Edelmira Calvetó. El cargo de portavoz, en cambio, pasa a recaer en la vicepresidenta institucional, María Elena Fort, cuyas funciones en el club no están remuneradas. Se mantienen al frente de la comunicación del Barça Toni Ruiz (institucional) y José Manuel Lázaro (deportiva). Mientras que en protocolo y relaciones públicas figuran Sonia Toro y Olivier González.