Tic-tac. La nueva junta de Joan Laporta se enfrenta en los próximos días a su primera fecha clave. El próximo 31 de marzo es el día límite que se ha marcado para cerrar la auditoría económica y enviarla a la Liga de Fútbol Profesional. Es por eso que Eduard Romeu, nuevo vicepresidente económico, y Ferran Reverter, nuevo CEO del club, llevan varios días trabajando con el todavía director general Óscar Grau, para avanzar en las diferentes carpetas de ámbito económico.
Unas relaciones que empezaron en el viaje a París de Laporta y su vicepresidente deportivo Rafa Yuste, invitados por Carles Tusquets, y que han continuado a lo largo de estas dos semanas. Las reuniones entre Grau y Reverter han sido constantes y dejan patente la buena fe de los ejecutivos que estaban con Bartomeu en el club para hacer una transición ejemplar, según ha podido saber Culemanía. El pasado domingo continuaron los encuentros de manera más informal en el hotel de San Sebastián donde se hospedó el equipo antes del choque contra la Real Sociedad, y se sumó a ellos el ya citado Romeu, que no estuvo en las reuniones iniciales.
Laporta en el palco del Camp Nou contra el Huesca / FC Barcelona
Han hablado largo y tendido sobre unos números que posiblemente serán diferentes a los que presentó la junta de Josep María Bartomeu a inicio de curso. En aquel momento, se anunció un presupuesto de ingresos de 828 millones que no pudieron ser ratificados por la Asamblea de Compromisarios. Meses después, la partida de ingresos por estadio ha seguido descendiendo con un Camp Nou cerrado y, sin turistas, las ventas de merchandising siguen bajo mínimos. Contratiempos que obligarán a la nueva junta directiva a proponer nuevas cifras, a la espera también de analizar cómo se planteará el Barça Corporate.
Fuentes de la directiva de Laporta estiman que la cifra final de ingresos podría rondar los 650 millones, aunque hasta que no se sepa si se vuelve a abrir el estadio y si se cierra el acuerdo del Barça Corporate no se podrá decir a ciencia cierta. En cualquier caso, a la junta actual le interesa que los presupuestos sean lo más bajos posible en este momento, sobre todo el de gastos, porque a partir de noviembre ello les podría ayudar a reducir el aval bancario, calculado sobre el 15% de ese presupuesto de gastos.
Reducción importante de la masa salarial
Evidentemente, este previsible descenso del presupuesto impondrá a la nueva junta de Laporta reducir considerablemente la masa salarial para que cuadren los números. Según la LFP, el Barcelona deberá recortar unos 150 millones antes del 30 de junio. Y esta reducción no podrá hacerse, como la temporada pasada, posponiendo los pagos. Deberá ser un recorte directo a los gastos deportivos.
En este sentido, será inevitable persuadir a los futbolistas para que accepten una nueva rebaja salarial. Asimismo, esta reducción obligará también a la entidad a tener más jugadores del filial a corto plazo en el primer equipo, ya que su sueldo será mucho asumible. A su vez, será clave desprenderse de grandes fichas antes del 30 de junio, ya sea a través de cesiones o de ventas.
Joan Laporta junto a Jordi Alba en un acto de la Fundación Cruyff en L'Hospitalet / FC Barcelona
La única buena notícia de esta reducción de los presupuestos para la junta de Laporta, es que el aval de 124,6 millones que puso la junta se podría ver rebajado. Algunos avalistas, como Jaume Roures, podrán dejar de serlo en noviembre.
El nuevo presidente no se encontrará nada que no esperase a nivel económico. El club necesita un plan de choque inmediato para dar la vuelta a estos números lo antes posible. Y esto requerirá la colaboración de todos los que aman al club: jugadores, nueva junta directiva y también la junta directiva saliente. Es la única manera de reflotar el barco y volver a hacer grande al FC Barcelona.