Joan Laporta es la figura más importante del siglo XXI del FC Barcelona. El abogado lideró el movimiento, el año 2000, contra Josep Lluís Nuñez y fue el gran partícipe de la época más gloriosa del club a nivel deportivo. En los dos mandatos en los que fue presidente, concibió las bases de un equipo que no solo conseguía títulos, sino que además enamoraba por su juego.
Prácticamente 10 años después, los socios han vuelto a depositar su confianza en él, para solventar un futuro que se prevé horripilante en la entidad blaugrana. Después de las últimas derrotas en Champions, los problemas institucionales y la crisis económica que vive el Barça, el barcelonismo ha apostado de nuevo por Laporta, una figura tajante que rememora los éxitos del pasado, para que vuelva la felicidad al estadio.
Joan Laporta, tras vencer en las elecciones a la presidencia del Barça | EFE
Más allá de su proyecto deportivo y su planteamiento económico, el nuevo presidente del Barça ha dejado claro que quiere que en el club "tengan hueco todos los pensamientos". Sobre todo, haciendo referencia a las ideas políticas, en un momento en que Catalunya está tremendamente dividida. Incluso se ha atrevido a añadir que "si puedo hacer algo para ayudar a solventar la situación política de Catalunya, lo haré".
No ha tardado ni un día como presidente Laporta en evidenciar que tiene un marcado carácter político. Independentista declarado, ya provó suerte en la política tras su primera experiencia dirigiendo al club blaugrana. En 2010, después de cumplir su segundo mandato consecutivo, creó Democràcia Catalana, un partido político de ideología humanista y progresista con la idea de crear un estado propio para Catalunya. Tras pasar por el Parlament catalán, fue elegido concejal por el Ajuntament de Barcelona en mayo de 2011, formando coalición con ERC. Tras esta experiencia, dejó la política en 2015 pero no ha dejado de esconder nunca sus ideales.
¿La oportunidad del independentismo?
El independentismo lleva años tratando de contar con el Barça como apoyo directo para su causa. Es evidente. El FC Barcelona es una de las instituciones más importantes de Catalunya, tiene una gran ascendencia social y, de una forma u otra, representa a la sociedad catalana allá donde va.
Por eso, desde el movimiento que lidera Carles Puigdemont consideraban imprescindible contar con un presidente afín, para generar sinergias y que fuese un potente altavoz para estos intereses poíticos. Laporta es precisamente el candidato que llevaban años buscando.
Joan Laporta, en su etapa en el Parlament de Catalunya | EFE
Pese a que Laporta lleva toda la campaña defendiendo que trabajará para que el Barça sea un club de todas las corrientes ideológicas, la realidad es que el presidente siempre se ha caracterizado por ser muy claro, y dar su opinión sin pelos en la lengua. Su posicionamiento es claro. Como también es evidente su amistad con Puigdemont.
Todas y cada una de las aportaciones de Laporta se analizarán con lupa. Deberá ser muy cauto, porque a cada declaración se le dará un sentido político, y se utilizará para dividir al Barça. Lo mejor para la entidad sería que Jan no se mojase en exceso. Pero, si hay algo que ha demostrado, es que difícilmente podrá esconder sus ideales políticos en un contexto complejo como el que se vive en Catalunya.
Se posiciona ya en su primer discurso
En este sentido, en su primer discurso como presidente del Barça, Laporta ya evidenció cuáles son sus pensamientos políticos, y volvió a mostrarse fiel a su ferviente sentir nacionalista. Pese a que intentó mostrar una voluntad integradora, recalcó que el Barça, al menos bajo su mandato, estará al lado de Catalunya y de los derechos y libertades de sus habitantes.
Laporta alza los brazos en su emotivo acto de investidura como nuevo presidente del Barça / EFE
"El Barça es Més que un club y cuando vamos por el mundo, a través del Barça nos identifican en cualquier rincón del planeta, y llevaremos con orgullo nuestros valores como club global, siempre vinculado al país y posicionado en la defensa de los derechos y libertades. Yo no renunciaré a mi forma de pensar, ni de sentir, igual que trataré de integrar a todas las personas que integran el Barça independientemente de su forma de pensamiento. Tendremos voluntad integradora", reconoció.
El Gobierno y la Liga le avisan
Conscientes de su marcado carácter político, el Gobierno de España no ha tardado en lanzar un serio aviso al nuevo presidente del Barça. "Le felicito. Ha ganado bien y hay que trabajar entre todos para que el deporte siga siendo lo que es y el fútbol es ‘Marca España’. Si pone el club a servicio del independentismo hará mal, lo que haremos es despolitizar”, apuntó Rodríguez Uribes, ministro de Cultura y Deporte.
Un mensaje en línea al que ya soltó durante la campaña electoral el presidente de la Liga, Javier Tebas, que señaló que “lo único que le pido a los candidatos es que el club no sea una bandera del independentismo, que esté al margen de eso y que no se politice”.
Joan Laporta a la salida del debate / EFE
De momento, Laporta ha optado por no esconder sus pensamientos, pero a la vez reconocer que no hará política en el Barça. Prefiere, de momento, apostar por un perfil bajo y calmado y no ganarse enemigos a las primeras de cambio.