Joan Laporta, nuevo presidente del FC Barcelona, se enfrenta a una de las situaciones más complejas de la historia reciente del club. La entidad blaugrana se encuentra sumida en una crisis que afecta a todas sus esferas: tanto la deportiva, como también la económica y la institucional. El Barça necesita estabilidad y una estrategia contundente para volver a la cima.
En este sentido, durante toda su campaña electoral, el líder de Estimem el Barça defendió su "experiencia" como un valor clave para resolver la situación. Esto y su carisma ayudaron a convencer a los socios, ampliamente convencidos de que el regreso del expresidente era la mejor opción. Sin embargo, la realidad es que ofreció pocos detalles de su plan de choque. Lo que comportó una llegada a la presidencia llena de incógnitas.
Joan Laporta, tras vencer en las elecciones a la presidencia del Barça | EFE
A nivel deportivo, Laporta apostó por no dar nombres de fichajes ni ejecutivos para no desestabilizar al equipo. No obstante, es evidente que el vestuario necesita cambios. El nuevo presidente tiene prevista una limpieza importante el próximo verano, con el objetivo de aligerar la masa salarial, y poder aspirar a un gran fichaje. La gran duda será quién se encargará de esta reconstrucción. El rendimiento de Koeman está convenciendo a Laporta, pero la realidad es que tampoco se puede descartar que deje el club en verano, si finalmente los resultados no le acompañan. En este caso, nombres como Xavi o Arteta ya han sonado para sustituirle.
Tampoco está del todo claro su organigrama a nivel deportivo. Solo confirmó que Mateu Alemany será su director de fútbol. Posiblemente, Jordi Cruyff, cuando resuelva su situación contractual con el Shenzhen chino, se unirá también al proyecto de Laporta. Eso sí, todavía no se conoce si será para hacerse cargo de la secretaría técnica o la dirección deportiva. En esta situación, no se descarta que Ramon Planes, actual secretario técnico, y Jose Mari Bakero, responsable de los cedidos, sigan con ellos en la misma estructura. Lo que dejaría fuera a un Carles Puyol que tendría un rol importante en la Fundació del Barça.
Bonos y Espai Barça
Asimismo, otro de los grandes interrogantes es su apuesta por bonos para reducir drásticamente la deuda a corto plazo del club. Una medida duramente críticada por los otros dos aspirantes, Toni Freixa y Víctor Font, que consideraban que vender activos de la entidad la acercaría todavía más a dejar a ser en un futuro de los socios. Laporta siempre ha defendido que esto no comportaría en ningún caso "transmisión de la propiedad", y que el único riesgo sería "el dinero que habría que devolver". No obstante, no deja de ser una decisión arriesgada, que podría no ver la luz si el club obtiene ingresos a través de otras vías de financiación.
Joan Laporta a la salida del debate / EFE
Finalmente, existen también preguntas importantes sobre su planteamiento del Espai Barça. Lo único que dejó claro es que llevará a cabo una due diligence para conocer con exactitud en qué estado se encuentra el proyecto. Pero entonces, todo son incógnitas. No descarta incluso llevar al equipo dos años a jugar a Montjuic, para avanzar con más rapidez las obras. Algo que, según apuntó en campaña, decidirían los socios a través de un referéndum.
Lo que es evidente es que el proyecto de Laporta no era precisamente el más impecable en estas elecciones. Agujeros que deberá ir proponiendo y tapando con el paso de los meses. Son muchas las dudas que deberá ir resolviendo. De momento, la confianza de los socios ya la tiene para tomar las decisiones que sean necesarias.