Jaume Roures se ha dado por vencido. Años después de que empezara la investigación contra Mediapro por sobornos a altos cargos de la FIFA, socio fundador de la empresa, ha admitido el delito, según Mundo Deportivo: "Roures ha reconocido en una nota de prensa que responsables de la compañía pagaron mordidas millonarias a altos directivos de la FIFA".
Cabe recordar que la compañía catalana fue condenada a pagar una multa de más de 20 millones de euros por el FIFAGate en 2018. La justicia de Nueva York le obligó a admitir públicamente la condena. Mediapro sobornó a directivos para hacerse con los derechos televisivos del Mundial de fútbol.
Lo admite
La empresa audiovisual emitió este miércoles un comunicado en el que admitía la conducta delictiva: "Imagina -holding de Mediapro- reconoce su responsabilidad, como persona jurídica, por la conducta delictiva de sus representantes. La conducta de la que Imagina fue responsable incluyó el pago de sobornos para derechos audiovisuales".
Jaume Roures, administrador único de Mediapro / EP
Dichos derechos, según concreta la propia empresa, engloban la fase de clasificación en las regiones de Centroamérica y Caribe (CONCACAF) para los Campeonatos del Mundo de fútbol de 2014, 2018 y 2022, es decir, los Derechos Clasificatorios, vulnerando así la legislación de los Estados Unidos".
Mediapro apunta que "en dicha conducta delictiva estuvieron implicados tres empleados, dos de los cuales se declararon culpables del pago de numerosos sobornos, y el tercero, un ex co-director general de Imagina, aceptó el pago de un soborno de 1,5 millones de dólares, a fin de adquirir los derechos de los clasificatorios. Autorizó, dirigió y facilitó el pago de 500.000 dólares de dicha cantidad total".
Fin de la investigación
La compañía catalana se vio obligada a pagar una multa de 20 millones de euros para evitar que las autoridades judiciales americanas siguieran investigando las conductas delictivas del grupo. Era algo que inquietaba verdaderamente a Jaume Roures y Tatxo Benet, máximos responsables de Mediapro e Imagina.
Jaume Roures en imagen de archivo / EFE
Los agentes del FBI estuvieron detrás de la empresa durante más de tres años y la Fiscalía de Nueva York presentó cargos de fraude. A Mediapro no le quedó más remedio que asumir los delitos de sus empleados.