La mesa de negociación para la rebaja salarial del FC Barcelona de este miércoles terminó sin acuerdo. Así lo anunció el propio club mediante un comunicado donde dio algunas claves de las conversaciones con los representantes de los jugadores. Habrá un nuevo encuentro en los próximos días.
La comisión gestora que preside Carles Tusquets volvió a expresar los objetivos de esas negociaciones: tomar decisiones para resolver el grave problema financiero, que reduce los ingresos del club en más de 300 millones de euros esta temporada, y a hacer un reajuste salarial de 191 millones de euros. Aunque, por fortuna para las partes, se alcanzó una entente consistente en un periodo de reflexión de 10 días donde los jugadores sopesarán la oferta colectiva y valorarán como abordar las negociaciones individuales.
Carles Tusquets en una rueda de prensa / FCB
También destacaron que “el proceso negociador ha puesto de manifestó la sincera y firme voluntad de entendimiento de las partes, incluida la fórmula de recuperación íntegra de los salarios que se deben posponer, y se ha conseguido superar muchas dificultades que anteriores días parecían insalvables, las partes han acordado conceder un términio hasta 23 de noviembre”.
Aviso a los futbolistas
Como ya avanzó Culemanía, y así lo mantienen las fuentes consultadas, a la comisión gestora no le temblará el pulso para imponer una rebaja de salarios de forma unilateral aún en el caso extremo de que ello suponga la posibilidad de llegar a los tribunales. Su objetivo es garantizar la supervivencia económica del club hasta las elecciones y así lo harán.
Esta mano dura se confirmó en el comunicado después de la reunión: “Todas las partes sabemos que la negociación está agotada, pero tanto el club como los futbolsitas profesionales y el colectivo de trabajadores, somos conscientes del inmenso valor que tendría superar juntos y con pleno entendimiento esta situación tan compleja aunque, para conseguirlo, el club tenga que renunciar conseguir objetivos mínimas necesarias y, en caso de los futbolistas profesionales, aportar más que sus expectativas”.
Aunque lo esencialmente destacable se recoge en el último párrafo del comunicado: “En consecuencia, tenemos que agradecer tanto a los futbolistas profesionales como al resto de trabajadores corporativos del club su voluntad de entendimiento, y desear que este periodo de reflexión de sus frutos, pero que, si desgraciadamente no fuera sí, no podemos rehuir la responsabilidad de adoptar la decisión que resulta imprescindible para el club”. Es decir, preferimos hacerlo por las buenas pero si no queda otra se hará por las malas.
Gerard Piqué y Leo Messi, en un calentamiento | EFE
La última frase es un aviso claro a los futbolistas. Primero se intentará la negociación colectiva, si esta fracasa, se irá a la individual y, finalmente y como último recurso, podríamos ver como se toma una decisión unilateral con la posibilidad que termine en demandas y en los tribunales. De momento, los jugadores se mantienen firmes y no quieren ceder.
¿Presiones por parte del vestuario?
En los últimos días ha ganado fuerza la teoría que el vestuario estaría forzando a la gestora a avanzar las elecciones mediante presiones ejercidas desde los grupos de opinión y barcelonista y a través de algunos precandidatos. Consideran que lo más sensato sería aplazar los pagos del próximo mes de enero para salvar la tesorería del club y negociar una adecuación salarial, de manera individual, ya con el nuevo presidente. Algo que no contempla la junta gestora.
El núcleo duro del vestuario --encabezado por Sergio Busquets, Gerard Piqué y Leo Messi-- no está de acuerdo con la manera de actuar del club y todavía no se descarta que rechacen la propuesta de los abogados laboralistas que representan los intereses del Barça. Sin embargo, con la fecha electoral apurando el plazo de tres meses --se celebrarán el domingo 24 de enero-- no quedan demasiadas alternativas: o los jugadores se arremangan por su club o la disputa acaba en los tribunales.