La situación económica del FC Barcelona es más que delicada. La comisión gestora de Carles Tusquets sigue negociando la rebaja de la masa salarial en la mesa de negociación. Se necesita urgentemente una reestructuración económica para salvar las cuentas. Son muchos los gastos, mientras los ingresos --como la renovación de Rakuten-- van a la baja.
Una de las carpetas que más preocupan, más allá de los altos salarios del primer equipo, es la deuda a corto y a largo plazo. Pese a la situación excepcional que viven las entidades --cuyos ingresos están quedando congelados-- se debe seguir respondiendo a las obligaciones financieras.
400 millones a corto plazo
Como ya informó en su día Jordi Moix, exvicepresidente económico, en la presentación del balance económico, la entidad tiene una deuda total de 820 millones de euros y a corto plazo, a devolver antes de agosto de 2021, se deben pagar unos 400 millones.
Jordi Moix, en la presentación del balance económico 2019-2020 | FCB
Según comentó en su día el exdirectivo, “la cantidad que se debe se compensará en parte a los 332 millones que el club debe cobrar”. “La deuda neta el 30 de junio de 2020 era de 488 millones de euros, pero teniendo en cuenta las inversiones realizadas en el desarrollo del Espau Barça, es de 109 millones, deuda ajustada según los estatutos es de 379”, añadían en un comunicado.
La situación es muy preocupante y todo apunta que el club no contará en esa fecha con la liquidez necesaria y será necesario una renegociación de la deuda. Este dinero a devolver responde a créditos pedidos a entidades bancarias y al pago de varios fichajes que se abonan a plazos.
Contexto nada optimista
El contexto no es nada optimista. Se han dejado de ingresar muchas partidas en este 2020 --museo, entradas, productos oficiales…--, con especial mención a la renegociación de los patrocinadores o ventas de jugadores importantes que han salido sin apenas hacer caja. Ivan Rakitic, Rafinha Alcántara, Arturo Vidal o Luis Suárez los principales protagonistas.
Rakuten en una imagen de archivo en el Camp Nou / Redes
No hay otra solución que no sea el aplazamiento de ese pago para los próximos ejercicios económicos, una patata caliente que deberá tratar la nueva junta directiva que salga vencedora de los comicios. De momento, la comisión gestora trabaja en reducir la masa salarial y no descartan en absoluto dar salida a algún futbolista en enero.