Días decisivos en el FC Barcelona. Los representantes del club azulgrana y los emisarios del vestuario retomarán las conversaciones este martes para tratar de llegar a un acuerdo con la rebaja salarial. Ambas partes se reunirán martes y miércoles buscando llegar a una entente que alivie la delicada situación económica por la que pasa la entidad.
Si el miércoles no hay acuerdo, el Barça puede imponer un recorte de forma unilateral que podría traer mucha cola. Los jugadores tendrían derecho a rescindir su contrato inmediatamente y la confrontación podría acabar en los juzgados. Los futbolistas, evidentemente, no quieren eso, y por el momento tratan de dilatar la negociación. El club quiere que acabe este miércoles.
Los jugadores todavía deben presentar una propuesta, que bien podría ser la fórmula Iniesta. Existen otras soluciones, como la de convertir a los futbolistas en embajadores o que pasen a formar parte del Barça Legends una vez se retiren. No está claro por dónde irán los tiros, pero se confía en alcanzar un acuerdo.
Abonados al burofax
Algo que parecía imposible hace tan solo unas semanas. Como había hecho Messi en verano por la teórica cláusula que lo liberaba, el vestuario del FC Barcelona mandó un burofax a los responsables del club comunicando que no se sentarían en la mesa de negociación. La crispación entre la plantilla y la junta directiva llegó a su punto más álgido.
Piqué, Busquets y Jordi Alba, del Barça, en una imagen de archivo / EFE
La iniciativa de enviar el burofax la tuvo Sergio Busquets, conocido como el sindicalista del vestuario. A excepción de Frenkie de Jong, Marc-André Ter Stegen y los jugadores que llegaron este verano, todos firmaron la carta. En ella, los futbolistas mostraron su disconformidad con la nueva rebaja, con las formas de la entidad de comunicarla y con la poca presencia que iban a tener en la mesa de negociación. El Barça accedió a negociar por separado con la plantilla y gracias a ello se pudo producir la mesa de negociación.
Como decíamos, el burofax del vestuario no fue el primero que hizo temblar los cimientos del Camp Nou. Cabe recordar que Messi, en el mes de agosto, utilizó esa vía para comunicar a la institución su voluntad de marcharse. Entendía que podía ejecutar la cláusula liberatoria existente en su contrato. Finalmente, ante el temor de acabar en los juzgados, Leo se echó hacia atrás.
Presionando
Veremos si la historia acaba igual ahora y los jugadores ceden para evitar una confrontación con el club en los tribunales. Por el momento, Jorge Pecourt, abogado de Messi, y Òscar Tena, abogado del bufete Tactic Group que representa a Sergio Busquets, son los que más están presionando en la negociación.
Messi y Busquets, cabizabajos en el descanso del Barça-Bayern / EFE
Obviando a Pecourt, que trabaja para conseguir el mejor acuerdo posible para un jugador cuyo contrato expira en 2021, Tena es quien está liderando la negociación con los representantes del club. El letrado persigue que, a diferencia de lo que pretende la entidad, los futbolistas logren mantener sus salarios. Especialmente Busquets, el jugador al que representa.
De burofaxes va la cosa. Messi puso el FC Barcelona patas arriba en agosto con un comunicado en el que pedía marcharse gratis. En octubre fue el vestuario al completo el que se rebeló contra Josep Maria Bartomeu y mostró su rechazo a la rebaja salarial. Quizás el final es el mismo y los futbolistas ceden para no verse las caras con el club en los tribunales.