Las negociaciones para la rebaja salarial en el Barça están en marcha. Aunque los futbolistas se han negado a acudir a la Comisión Negociadora –Mesa de Negociaciones, según el club– que regula el Estatuto de los Trabajadores, el FC Barcelona ya ha cerrado algunos acuerdos de renovación y está en negociaciones con otros futbolistas. Sin embargo, algunos están dispuestos a vender muy cara su piel. Es el caso de Leo Messi, cuya renovación se antoja una utopía pero no un imposible, y también el de Sergio Busquets.
El futbolista de Badía del Vallès tiene contrato hasta 2023 y percibe uno de los salarios más elevados de la plantilla, en torno a los 20 millones de euros brutos por campaña. Su situación es cómoda y considera que el FC Barcelona debería hacerle una propuesta muy ventajosa para aceptar una reducción de su salario este curso. El principal motivo, según ha podido saber Culemanía, no es de tipo económico, sino moral.
Busquets y sus personas de confianza consideran que la maniobra que está llevando a cabo la directiva no es del todo ética pensando en el futuro del club. Rebajar ahora el salario para que se tenga que pagar posteriormente, cuando haya otro presidente, es una fórmula que desde el entorno del futbolista califican de “amoral” y suscita serias dudas más allá de la situación de pandemia mundial que se vive con el coronavirus.
¿Cuestión de ética?
Este sería uno de los motivos por los que el segundo capitán del Barça entiende que el presidente Bartomeu no es el más legitimado para llevar a cabo una operación de semejante calado, como es la redistribución salarial de todo el primer equipo. Estamos hablando de que el año pasado se invirtieron 390 millones en salarios y este curso, con las salidas de muchos jugadores con peso en el vestuario, se ha reducido unos 70 millones de euros.
Posteriormente, el director general Oscar Grau empezó una ronda de negociaciones para adecuar los salarios de otros jugadores que siguen en plantilla al tiempo que el Barça convocaba la Mesa de Negociaciones laboral con los representantes legales de todos los empleados del club (540). Ter Stegen, Clement Lenglet y De Jong fueron los primeros en acordar una renovación a largo plazo que supondrá una quita salarial del 30% este curso.
Piqué se rebaja el 50% y alarga dos años
Posteriormente, se unió a ellos Gerard Piqué, con un acuerdo muy ventajoso donde el central alarga su contrato dos años –de 2022 a 2024– para terminarlo con 38 años y dejará de cobrar este curso el 50%. La prolongación de su contrato dependerá de que en la temporada 2021-22 juegue más del 35% de los partidos, según informan a Culemanía fuentes de la negociación.
Piqué, Lenglet, Ter Stegen y De Jong, renovados por el Barça / CULEMANIA
Para que Busquets acepte una modificación salarial tendría que darse una propuesta todavía más ventajosa que la de Piqué, donde se incluya una cláusula similar sobre el porcentaje de partidos jugados proporcional a su contrato actual, que vence un año después del que tenía firmado el defensa de Sarrià. Sin embargo, desde su entorno aseguran que de momento ni siquiera han empezado a negociar ya que el club no se ha puesto en contacto con él.
Ni Sergio ni Sergi están negociando todavía
A pesar de que algunos medios han publicado que las negociaciones con Busquets y Sergi Roberto están en marcha, la realidad es que en el caso del de Badía no es así. Y aunque su entorno no tiene información exacta sobre Roberto, el hecho de que compartan representante hace que los movimientos de uno y otro vayan bastante a la par, con lo que tampoco parece probable que el club esté negociando ahora con el cuarto capitán del equipo.
Sin embargo, posiblemente será más fácil resolver la situación del de Reus porque su contrato vence en 2022 –lo que quiere decir que ya le tocaba empezar a negociar la renovación– y su juventud (28 años por los 32 de Busquets) hace que tenga mucho más sentido firmarle una prolongación a largo plazo con una quita salarial durante la temporada vigente.
Sergi Roberto y Sergio Busquets, señalados tras la humillación contra el Bayern / FCB
Está por ver si los dos representados de Josep María Orobitg seguirán yendo de la mano o, si por el contrario, resuelven sus casos por separado. Todo hace pensar que la situación de Busquets, al que muchos en la cúpula conocen como el sindicalista del vestuario, será de las más complicadas de resolver. No tanto por el tema económico, sino por el tema moral.