El caso Messi acabó de la mejor forma posible para el FC Barcelona. Después de comunicar al club que quería irse, el delantero argentino ha decidido quedarse a regañadientes porque "no quería ir a juicio contra el club". La postura inflexible de Josep Maria Bartomeu ha impedido que el 10 abandonara el Camp Nou este verano. Se podría decir que, en cierta forma, el presidente ha ganado el pulso al futbolista.
La posible marcha del capitán azulgrana ha mantenido en vilo al barcelonismo durante los últimos diez días. Nadie se imaginaba un final como el que parecía que iba a producirse para alguien como Messi. El mejor jugador que jamás ha defendido el escudo del Barça, el que cambió la historia de la entidad, ha estado a punto de irse por la puerta de atrás.
Bartomeu se plantó
Todo empezó con el ya famoso burofax. El 10 comunicó al FC Barcelona su decisión de irse haciendo uso de la cláusula liberatoria de su contrato. El club, desde el primer momento, señaló que esa cláusula había expirado en junio y que, si Messi quería marcharse, debía ser previo pago de la cláusula de rescisión de 700 millones de euros.
Josep Maria Bartomeu y Leo Messi en la última renovación / EFE
El Manchester City parecía dispuesto a hacerse con sus servicios, aunque en ningún caso iba a pagar la cláusula por motivos de fair play finaciero. Se rumoreó que los citizens ofrecieron 100 millones y jugadores como Bernardo Silva, Gabriel Jesús y Eric García para fichar al 10. El Barça ni negoció.
Bartomeu, contra las cuerdas, lanzó un órdago a través de la prensa. Filtró que estaba dispuesto a dimitir si Messi comparecía y decía que el problema era que el propio Bartomeu fuera el presidente. El delantero azulgrana, evidentemente, no se pronunció. Aunque en la entrevista concedida a Goal sí se ha quejado de la falta de proyecto y de la gestión de la junta directiva.
La reunión
Pasaron los días y ninguna de las dos partes cedía respecto a su postura inicial. El 10 quería irse gratis y el FC Barcelona se negaba a facilitarle la salida. O cláusula o nada. Y en ese contexto llegó la reunión de este miércoles entre Jorge Messi, padre y agente del jugador, y Josep Maria Bartomeu.
Josep Maria Bartomeu en una foto de archivo / EFE
No se sacó nada en claro. Ninguna de las dos posturas cambió. Aunque esa misma tarde desde Argentina ya informaron de que había un "90% de posibilidades" de que Messi se quedara. Su primo, contundente días antes, insinuó que la salida de Leo se había complicado: "No estoy seguro de que pueda hacerlo".
Jorge Messi, el jueves, confirmó que había altas opciones de que el 10 se quedara. Y poco más de 24 horas después el propio Leo ha asegurado su permanencia para evitar líos judiciales con el FC Barcelona. Bartomeu ha ganado el pulso. Habrá que ver cómo se toma Messi la derrota.