Tanto en la directiva del Barça, como parte de la afición, esperan que Gerard Piqué haga un movimiento en la partida de ajedrez que supone la salida de Leo Messi. La decisión del argentino parece irrevocable: comunicó al club azulgrana su intención de finalizar su contrato de forma unilateral, y está actuando en consecuencia. No se presentó a las pruebas médicas, ni tampoco al primer entrenamiento de Koeman.
El argentino ha cedido, ante las incongruencias de su contrato, a pactar su salida con Josep María Bartomeu. Sin embargo, el presidente culé se ha cerrado en banda a negociar ninguna salida. Lo que podría empujar al 10 a solicitar el transfer a la FIFA, y dejar a la justificia ordinaria que decida. Una situación que perjudicaría tanto al club como al jugador, pero especialmente a los aficionados, que verían como el futbolista más importante de su historia se marcha por la puerta de atrás.
Piqué y Messi, buenos amigos dentro y fuera del campo/ EFE
Pocos motivos pueden ya hacer cambiar de idea a Leo. Uno puede ser su familia. El rosarino siempre ha defendido que no quería que sus hijos pasasen por lo mismo que él, y tuviesen que adaptarse a un nuevo idioma y cultura siendo tan jóvenes. Y otro podría ser la contribución de Gerard Piqué.
¿Se pronunciará Piqué?
El central catalán nunca se ha escondido ante ninguna polémica. Se pronunció sobre Neymar, días antes de que se hiciese oficial su salida del Camp Nou. Y tras la debacle ante el Bayern, fue de los pocos que dio la cara, y reclamó cambios drásticos en la entidad, tanto estructurales como en la plantilla.
Sin embargo, tras la dura caída en Champions, Piqué no ha vuelto a hablar. Se ha mantenido al margen en un contundente silencio sepulcral. No se ha manfiestado sobre la despedida, vía telefónica, de algunas vacas sagradas, ni tampoco sobre el caso Messi.
Gerard Piqué, abatido tras caer ante el Bayern | EFE
La voz de Piqué podría ser decisiva. Ya sea para intentar convencer a Leo, o para sentenciar su marcha del club. Desde el club azulgrana siguen esperando que actúe de capitán, e intente hacer reflexionar al argentino. En cambio, como amigo, el catalán entiene a Messi y respeta su decisión. Por eso, ha decidido no pronunciarse ni ponerse de lado de nadie. Una decisión que sorprende.