Leo Messi es el mejor futbolista de la historia del FC Barcelona. Probablemente, el mejor jugador de todos los tiempos. Pero también es víctima de su propio talento. Del monstruo que se ha creado a su alrededor. Este martes dio una muestra más de por qué nunca debió ser capitán del Barça al anteponer sus intereses personales a los de la propia institución a la que se lo debe todo.
Hoy es importante recordar que si el Barça de Joan Gaspart no hubiese decidido pagar su tratamiento de hormonas de crecimiento cuando aprobó su fichaje para el cadete del Barça, posiblemente Messi no habría alcanzado una décima parte de lo que logró en el mundo del fútbol. El propio Gaspart, eternamente orgulloso de haber sellado aquel fichaje, le ha recordado que el Barça está por encima de cualquier jugador.
Leo Messi comunicó este martes a la cúpula del FC Barcelona que desea abandonar el club. Y, no solo eso, sino que lo quiere hacer gratis, a pesar de que su contrato está blindado con una cláusula de rescisión de 700 millones de euros.
El amigo, por delante del club
Los motivos que llevan a Leo a tomar la trágica decisión de no finalizar su carrera en el club de su vida son diversos. Sin embargo, el detonante principal es que el nuevo entrenador, Ronald Koeman, comunicó a su mejor amigo, Luis Suárez, que no cuenta con él para la próxima temporada y que se debe buscar un nuevo equipo.
Leo Messi y Luis Suárez en una imagen de archivo / EFE
Todo un capitán del Barça como es Leo ha optado por exigir su salida gratuitamente del club en lugar de convocar una reunión para hablar las cosas. Messi antepone claramente sus intereses personales, y en este caso también los de su mejor amigo, para agravar la crisis del club que se lo dio todo. Prefiere hacer la guerra por su cuenta en lugar de jugar en equipo por el bien de la institución.
Messi está en su más pleno derecho de dejar el Barça, pero debe ser consciente de la situación de debilidad en que puede dejar al club si se va gratis. Sin ir más lejos, el propio Cristiano Ronaldo decidió dejar el Real Madrid hace dos años y se marchó a la Juventus a cambio de 100 millones de euros.
Ejemplos de capitán
Nadie debe quedarse en un sitio por obligación, por mucho vínculo e historia que hayan compartido, pero sus formas no son propias de un capitán del Barça. Los ejemplos recientes de Iniesta, Xavi y Puyol distan mucho del talante que exhibe Leo y que, sorprendentemente, aplaude el de La Pobla. No está dando ejemplo con el brazalete. Y tampoco lo hizo en las humillaciones contra la Roma, el Liverpool o el Bayern.
Carles Puyol y Xavi Hernández, con Messi / ARCHIVO
Messi debería explicar que sus intereses personales no son solamente deportivos –como lo era el fichaje de Neymar o la negativa rotunda al de Griezmann– sino también económicos. Y que, pese a ganar más de 100 millones de euros brutos al año, se negó a renovar porque en la última propuesta no le volvían a subir el sueldo. Ahora pretende irse gratis para poder garantizarse un salario similar en cualquier otro club.
¿Presión para forzar la dimisión de Bartomeu?
Por último, cabe contemplar la posibilidad de que haga todo esto para forzar la dimisión de Bartomeu y su junta directiva. Pero, si bien es cierto que los dirigentes culés han errado en la toma de muchas decisiones que han llevado a esta dramática situación, también aquí se equivoca en las formas.
Si Messi está descontento con la actual directiva, que salga y pida su dimisión después de explicar los verdaderos motivos. Que cuente por qué está disconforme con la política deportiva. Que explique el peso de las razones económicas y por qué se oponía a una rebaja salarial en plena crisis del coronavirus mientras Bartomeu defendía ante los medios su actitud ejemplar frente a la pandemia. Pero que no amenace con dejar el club de sus amores como hace el niño que, enfadado por perder una partida en la PlayStation, rompe la consola. Ya lo hizo con Argentina.