Es la hora de que Josep María Bartomeu entre en escena. El presidente culé se ha mantenido totalmente en el anonimato, y todavía no se ha pronunciado sobre la intención de Leo Messi de dejar el Barça este mismo verano. El argentino se comunicó por burofax con el club azulgrana, y les informó de que se acogería a la cláusula de su contrato, para salir en las próximas semanas del Camp Nou.
La decisión es ya prácticamente irreversible. El de Rosario dirá adiós a Barcelona y al equipo de su vida porque el proyecto deportivo no le convence, y no quiere desaprovechar sus últimos años de fútbol. Además, la falta de sintonía con la directiva y los incendios que se han vivido en el cuadro catalán durante el último año también han sumado para acabar por completo con su paciencia.
Bartomeu y Messi conversando durante la gala del Balón de Oro / EFE
La posición del FC Barcelona es que la cláusula que le permitía marcharse gratis caducó el 10 de junio, y por tanto su vinculación se extendió automáticamente hasta el final de la temporada 2020/2021. Si alguien le quiere, tendrá que pagar los 700 millones de su cláusula de rescisión. En el Barça siguen defendiendo su continuidad, y Bartomeu intentará convencerle este miércoles, en una reunión programada con el argentino. Una cumbre que se antoja decisiva.
Bartomeu no quiere ser un problema
El presidente azulgrana quiere hacer recapacitar a Leo para que lidere el proyecto de Ronald Koeman. En este sentido, quiere hacerle entender también que debe tener paciencia, y que si el problema es su directiva, a partir de marzo ya podrá tratar su salida o su renovación con un nuevo presidente. No quiere ser un contratiempo para su continuidad.
Leo Messi, cabizbajo en un partido con el Barça | EFE
Asimismo, esta reunión debe servir también, en caso de no convencer a Leo, de evitar una batalla judicial y pactar una salida con honores del futbolista más importante de la historia del Barça. Lo que es evidente es que la sintonía entre presidente y capitán está totalmente destrozada. Bartomeu no está dispuesto a dimitir ya. Un hecho que aleja todavía más a Messi del Camp Nou.