El de Luis Suárez es uno de los nombres que más suena estos días en los aledaños del Camp Nou. La humillación histórica contra el Bayern destapó la necesidad inmediata de ejecutar una limpieza urgente donde varios pesos pesados del equipo quedaron señalados. Uno de ellos, el delantero uruguayo.
El Pistolero es el tercer máximo goleador de la historia del FC Barcelona, con 198 goles en 283 partidos. Recientemente superó a un mito como Kubala, aunque en una entrevista a El País reconoció que él no merece una estatua en el Camp Nou como sí tiene la leyenda húngara. Simplemente se conforma con que le reconozcan la dedidación al club todos estos años.
Probablemente es unánime el sentir barcelonista en torno a la figura de Suárez si hablamos en términos de reconocimiento. Su fichaje es uno de los mejores en la historia reciente del barcelonismo. Hasta el punto de que en su primer año de azulgrana, el Barça ganó el triplete comandado por Luis Enrique y formando tridente atacante con Messi y Neymar. Pero una cosa es reconocerle sus méritos en el pasado y otra muy distinta mantenerlo como pilar indispensable del equipo en la actualidad, con la segunda ficha más alta de la plantilla: cobra 30 millones de euros brutos.
Koeman ya le ha dicho que no cuenta con él
Muchos son los barcelonistas que exigen la salida del ariete uruguayo, que siempre ha manifestado la voluntad de cumplir su contrato. Recientemente, en la citada entrevista a El País, fue claro en este sentido: "Si el club quiere prescindir de mi, estaría bien que me lo digan". Y, precisamente, este mismo lunes se ha sabido que Ronald Koeman, nuevo entrenador del Barça, no cuenta con él. Ya se lo ha comunicado.
Este mensaje emitido por el nuevo técnico recoge el sentir de buena parte de la junta directiva, incluido el del presidente Josep María Bartomeu. Aunque hay que decir que el punto de vista del presidente cambió hace relativamente poco.
Jordi Mestre, Bartomeu y Zubizarreta presentaron a Luis Suárez en 2014 / FCB
En la directiva hace años que hay división en torno a la figura de Luis Suárez y, precisamente Bartomeu, fue uno de los que defendió su continuidad junto a otros directivos como el anterior vicepresidente deportivo, Jordi Mestre. En cambio, éste último chocaba mucho con las tesis de Javier Bordas, que lleva dos años reclamando un recambio de garantías para el futbolista uruguayo sin que le hayan hecho caso.
Bordas pidió a Morata y otros sustitutos
Bordas hace tiempo que avisa del bajón físico de Suárez, quien, pese a todo, ha logrado mantener grandes registros goleadores. Pero la regularidad que mostró en sus tres primeros años se fue desvaneciendo en los últimos. Tras la operación fallida de Paco Alcácer, que podría haber sido muy útil para el Barça en estos últimos tiempos, Bordas empezó a reclamar un sustituto para Luisito.
El popular empresario de la noche barcelonesa intentó fichar a Álvaro Morata en enero de 2019, pero finalmente no pudo ser. El directivo entonces presionó mucho, después de que el verano anterior (2018) ya hubiese sido desatendida su petición, hasta el punto de que él mismo intervino en la negociación para allanar el trabajo a la secretaría técnica. Las cuentas no permitían hacer semejante desembolso por el ahora delantero del Atlético de Madrid. Otro que fue descartado en verano de 2019 terminó en el Real Madrid, Luka Jovic.
Javier Bordas, sentado detrás de Planes, Pep Segura, Abidal y Òscar Grau en la presentación de Griezmann / CULEMANIA
Bordas siempre insistió durante las reuniones de junta directiva en la necesidad de renovar la delantera, pero la dirección deportiva no dio, en su momento, un paso que ahora se considera imprescindible. De hecho, el directivo responsable del primer equipo es también uno de los principales defensores del fichaje de Lautaro Martínez, anteponiéndolo incluso al de Neymar, que él mismo negoció hace un año junto a Eric Abidal en París.
Los recambios fallidos de Luis Suárez
Desde que se fue Paco Alcácer, el Barça ha tenido como suplentes de Suárez a Munir, Boateng y Braithwaite. Incluso el propio Griezmann ha llegado a ser la única alternativa para ocupar la posición del uruguayo durante la primera mitad de la temporada 2019-20, antes del fichaje del delantero danés. Ahora, la prioridad no es ficharle un suplente, sino un sustituto que le aparte de la titularidad o, incluso, del equipo.
Después de la debacle que el Barça sufrió contra el Bayern en Lisboa, queda patente que el equipo necesita un nuevo delantero centro, que no solo sea un gran goleador, sino que además aporte trabajo defensivo a la primera línea de presión, cosa que Suárez hace tiempo que dejó de hacer. Así piensa ahora una directiva que antaño estuvo dividida en torno a esta cuestión y que ahora habla al unísono por boca de Koeman.