En el Barça las aguas se han calmado. Todo parecía muy difícil de solucionar el jueves por la noche cuando, después de la derrota contra el Osasuna (1-2), Leo Messi lanzó varios mensajes a sus compañeros y al cuerpo técnico. Al día siguiente, Josep Maria Bartomeu y la cúpula deportiva se reunieron con Quique Setién.
Aunque no han trascendido exactamente los mensajes que se cruzaron, ambas partes tenían el objetivo de rebajar la tensión acumulada e intentar llegar con opciones a la Champions League en agosto. El sábado, antes del entrenamiento previo a la jornada liguera, se reunieron jugadores y staff durante una hora.
La charla fue bien y se decidió firmar una tregua hasta que el equipo vuelva de Lisboa, siempre que venzan al Nápoles. Ejemplo de ello fue el buen rendimiento contra el Alavés, las palabras de Leo Messi reconociendo que hicieron autocrítica y el mensaje calmado de Quique Setién.
Quique Setién durante el partido del Barça contra el Alavés / EFE
Ahora disfrutarán todos de unos días de descanso, intentando desconectar, y cuando vuelvan quieren hacer piña para rendir en la competición internacional. Nada de palabras provocativas fuera de lugar. El objetivo es que todos bajen un poco su nivel de exigencia --donde chocan a menudo-- y se cohesione el grupo.
La llamada Bartomeu-Messi
Tras lo sucedido el jueves, Josep Maria Bartomeu no solo habló con Setién, sino que también lo hizo con Leo Messi, quien incendió el postpartido del jueves con sus palabras. No fue exactamente una cumbre, pero sí que intercambiaron impresiones. La participación del presidente en el tema ha ayudado mucho a firmar esta paz momentánea.
Todos son conscientes de que el reto europeo es mayúsculo y que, si no reman todos en la misma dirección, difícilmente se saque algo positivo. Por ese motivo se intenta rebajar al máximo la tensión y ya se volverá a hablar del futuro a largo plazo del equipo a finales de agosto. La relación cordial de Bartomeu con Messi ayuda en estos momentos. Aunque el vestuario no siempre esté de acuerdo con la gestión, la cercanía del presidente, muy partidario de no atosigar a los jugadores, es una herramienta conciliadora.
Ecosistema propicio
El objetivo de Bartomeu y la cúpula deportiva para este próximo mes es que se cree un ecosistema propicio para rendir en la Champions League. Más que estrategias y táctica, se busca buen ambiente, motivación y un grupo unido. Solo así se podrá conseguir algo a corto plazo.
Messi, Ansu y Riqui celebrando un gol del Barça contra el Alavés / EFE
En este sentido, los pesos pesados tienen mucha importancia para lograrlo. De ellos depende, en gran parte, el estado anímico de este equipo y si se desenganchan, los demás también lo harán. Todos --cuerpo técnico, vestuario y cúpula deportiva-- están abiertos a hacer pequeños sacrificios por el bien del colectivo del equipo, con Europa en el horizonte.