Ya llueve menos en el Camp Nou. El caso de las redes sociales, destapado por la Cadena SER el pasado mes de febrero, puso patas arriba al FC Barcelona. El mencionado medio aseguró que el club azulgrana había contratado a la empresa I3 Ventures para controlar los estados de opinión en las redes sociales y difamar a personajes como Xavi, Laporta, Messi o Guardiola.
Pocos días después, la entidad catalana, a petición de varios directivos, encargó una auditoría a Price Waterhouse Coopers para tratar de descubrir qué sucedió con los contratos de I3 Ventures. El estudio se encargó a finales del pasado mes de febrero, pero no ha sido hasta este lunes cuando la multinacional ha hecho llegar a manos del club los resultados de la auditoría.
No se difamó
Tras reunirse en junta directiva, el FC Barcelona presentó las conclusiones de la auditoría a través del portavoz, Josep Vives. El informe de PwC señala que "no se encargó ninguna campaña difamatoria": "No se han detectado indicios que puedan evidenciar que se dieran directrices correspondientes a la creación de contenidos que tuvieran relación con jugadores del Barça o alguien vinculado al club".
Josep Vives en la rueda de prensa sobre el Barçagate / CM
Asimismo, la auditoría descubre que no existió ninguna conducta corrupta y, por lo tanto, parafraseando a Rousaud, nadie "metió la mano en la caja". El estudio de la compañía explica que "no se han detectado evidencias que por parte del equipo directivo se haya obtenido beneficio económico directo derivado de los contratos, el servicio o los pagos".
La investigación de Price desmiente, además, que el FC Barcelona sobrepagara por los servicios, sino que lo que se pagó entraba dentro del rango de precio de mercado: "un precio comparativo de referencia anual de estos servicios se encontraría en un rango comprendido entre los 800.000 y los 1.300.000 euros". El club azulgrana abonó 1,1 millón el primer año y 947.000 euros los dos siguientes.
La directiva lo sabía
Asimismo, el informe de PwC sí revela que no se cumplieron con los protocolos internos de aprobación en el contexto de la formalización y la renovación de los contratos: "La diversidad de contratos y empresas ocasionó que el nivel de autorizaciones internas fuera menor del establecido para un encargo único. No se cumplieron las políticas de aprobación internas del club".
Imagen de archivo de Josep Maria Bartomeu / EFE
Sea como sea, la auditoría sí reconoce que la junta directiva había estado informada en diversas ocasiones del proyecto: "En fecha 5 y 6 de octubre de 2018, conforme a una reunión en la que asistieron los miembros de la junta directiva, y el 17 de junio del 2019, en motivo de una junta directiva que se celebró, los directivos tuvieron conocimiento del encargo".
Por último, pero no por ello menos importante, la auditoría revela que los trabajados realizados por las empresas contratadas están incompletos: "Hemos podido comprobar como determinados servicios no se llegaron a prestar o no fueron utilizados por el club".