Fin al episodio de la auditoría de Price Waterhouse Coopers. El FC Barcelona solicitó un estudio a la empresa para descubrir qué había sucedido realmente con el caso de las redes sociales. El encargo se produjo a finales de febrero y este lunes, más de cuatro meses después, los resultados de la investigación han llegado a manos del club azulgrana.
La junta directiva de la entidad se reunió este mismo lunes para tomar las primeras decisiones relativas a las conclusiones de la auditoría de PwC. A grandes rasgos, el estudio da la razón al FC Barcelona. Solo recrimina que no se respetaran los protocolos de aprobación en el contexto de la formalización y la renovación de los contratos.
No hubo difamación
Más allá de este aspecto, la auditoría de Price Waterhouse Coopers dictamina que no se encargó campaña difamatoria alguna respecto a nadie. "No se ha detectado ningún indicio que pueda evidenciar que se dieran directrices o indicaciones correspondientes a la generación o creación de contenidos que tuvieran relación con nadie vinculado al club o su entorno", rezan las conclusiones del estudio.
Josep Vives en la rueda de prensa sobre el Barçagate / CM
Asimismo, la compañía auditoria señala que "no se han detectado evidencias que por parte del equipo directivo se haya obtenido beneficio económico directo derivado del club derivado de los contratos, el servicio o los pagos realizados por los proveedores que han sido objeto de análisis".
Por último, PwC señala que el valor de los servicios contratados estaban dentro de un rango del precio de mercado y que, además, los trabajos que realizaron las empresas contratadas están incompletos: "Algunos servicios no se llegaron a prestar o no fueron utilizados por el club. El precio razonable se ha establecido en un rango cuyo valor superior es de 620.000 euros".
Roures se queda sin argumentos
Las conclusiones de la auditoría de Price Waterhouse Coopers desmontan la querella que Jaume Roures, presidente de Mediapro, interpuso contra el FC Barcelona por el Barçagate. El empresario catalán denunció "administración desleal del dinero de los socios" del club para atacarle a él.
Como en el resto de casos, Josep Vives desmintió que el club contratara los servicios de I3 Ventures o Nicestream para difamar y dañar la reputación de Jaume Roures: "El informe de auditoría en sus concluciones deja muy claro que el club no tiene nada que ver en todo esto, hasta el punto que no ha encargado absolutamente a nadie y, por descontado, tampoco la creación de ninguna cuenta que puediese atentar contra la dignidad y el buen nombre de personas o instituciones".
El propio Roures, cuando se destapó el caso de las redes sociales, señaló que "no creía que fueran tan tontos de pensar que no se acabaría descubriendo. Da una medida de su nivel intelectual, bastante pobre".
Salvo que la justicia diga otra cosa, el presidente de Mediapro se acabará comiendo sus palabras. La auditoría ha dictaminado que el FC Barcelona contrató a las empresas para monitorizar las redes y que nadie se lucró de ello.