Carrera contrarreloj para cuadrar las cuentas del FC Barcelona. El director general Òscar Grau y los directivos y ejecutivos vinculados a la parcela económica trabajan para cerrar satisfactoriamente los balances y evitar números rojos a pesar de la crisis del coronavirus. Aunque hay voces en la cúpula que albergan esperanza, hay otras mucho más pesimistas que lo ven un reto del todo imposible. Solo quedan ocho días.
La entidad barcelonista cifra la caída de ingresos en unos 150 millones de euros, pero el regreso de las competiciones y la victoria judicial por la demanda de Neymar suponen pequeños argumentos para el optimismo. La pregunta es: ¿Será suficiente?
En la otra cara de la moneda, el Barça no podrá asegurar la totalidad de los ingresos de la Champions, que llegarán en agosto, y seguramente tampoco podrá imputar todos los ingresos relativos a los derechos televisivos de la Liga, ya que los últimos partidos se juegan en julio. Desde el club se muestran muy prudentes y descartan hacer valoraciones definitivas. Se anunciará el resultado después del 30 de junio.
El resultado del juicio a Neymar para los auditores
Culemanía ha podido saber que el Barça imputará a nivel contable los 6,7 millones de euros que el juzgado de lo social número 15 condena a pagar al futbolista brasileño. En este sentido, reina la satisfacción a nivel interno: de poder asumir un gasto añadido de 43,6 millones, al ingreso –al menos a nivel contable– de esos casi siete millones (otra cosa será que el futbolista acabe pagando).
Neymar Júnior, protagonista habitual en los juzgados / EFE
La legislación contable ampara al Barça al considerar que una sentencia judicial es suficiente para poder imputar un ingreso, algo habitual y que en el barcelonismo ya se hacía en tiempos de Laporta, como se demostró en la polémica acción social de responsabilidad civil. Aunque la última palabra la tiene el auditor oficial del club, Ernst & Young.
En este sentido, desde el Barça asumen que si el resultado del juicio hubiese sido negativo también habrían tenido que imputar esos 43,6 millones en la partida de gastos, lo que habría complicado mucho más la tesorería del club. Sin embargo, ello no tendrá mayor incidencia ya que en el presupuesto de gasto publicado en octubre nunca se presupuestó el coste de la reclamación de Neymar.
40 millones de descuadre presupuestario
Por tanto, la realidad es que el Barça mantiene 990 millones de gastos menos el ahorro salarial que se ha producido durante el coronavirus: unos 45 millones de euros teniendo en cuenta que han sido casi tres meses sin competir. Es decir, la cifra total de gasto quedaría reducida a unos 945 millones, que seguirían estando por encima de los ingresos.
Desde el club sostienen que se han dejado de ingresar unos 150 millones, lo que convertiría los 1.047 millones del presupuesto de ingresos en poco menos de 900 millones. Si a ello se le suman los ingresos por la demanda de Neymar se podría redondear la cifra de ingresos en 905 millones. Como resultado, una diferencia negativa entorno a los 40 millones de euros.
Arthur y Semedo por ahora se quedan
Ese es el dinero que el Barça debería ingresar con un traspaso antes del 30 de junio, a menos que Grau y compañía tengan algún otro as en la manga escondido. El más comentado en las últimas semanas era el intercambio de Arthur Melo y Pjanic con la Juventus, pero en estos momentos no parece una prioridad.
Arthur Melo, Busquets y Semedo en un desplazamiento / FCB
Tanto Arthur como Semedo están implicados en la lucha por la Liga y el club no quiere distracciones innecesarias en un momento tan importante, lo que induce a pensar que no será posible cuadrar las cuentas a menos que ocurra algo muy inesperado. Las lesiones de De Jong y Sergi Roberto hacen que ambos jugadores de habla portuguesa sean imprescindibles en estos momentos y aunque no se descarta su salida durante el verano, parece imposible que se dé en los próximos ocho días.