En los últimos años varios futbolistas han ido dejando huella en el mundo de los negocios. Uno de los casos que ejemplariza más esta situación es la de Gerard Piqué. El futbolista del Barça empezó su carrera con una empresa de videojuegos, ideó el cambio de la Copa Davis de tenis y es el propietario del Andorra; equipo que juega en Segunda B. Asimismo también fue una pieza clave para encontrar el patrocinio con Rakuten.
Sin embargo, el destino del Piqué podría haber sido distinto si las negociaciones con Steve Nash hubieran fructificado. El exjugador de la NBA adquirió la propiedad del Mallorca en 2016 de la mano del accionista Robert Sarver. En aquel momento el equipo balear estaba en Segunda B, pero en 2018 subió a Segunda y consecutivamente a Primera División en la siguiente temporada.
Las negociaciones por el Mallorca
Antes de adquirir la propiedad del Andorra, Piqué también estuvo en conversaciones para entrar en el accionariado del Mallorca. Así lo afirmó esta semana Catalunya Ràdio en el programa El Club de la Mitjanit. Finalmente, el catalán decidió no hacer el pasó y más tarde sí que se convenció para comprar el club del principado.
Unos años más tarde, por lo tanto, se puede asegurar que la decisión de Piqué fue acertada. Esta temporada ambos conviven en Primera División y habría generado muchas dudas que él hubiera jugado contra el club del cual es propietario, tal como se produjo este fin de semana.
Los negocios de Piqué
En los últimos años el central azulgrana se ha convertido en un empresario con negocios en distintos sectores. Su primer proyecto fue el de crear la empresa de juegos de temática futbolista, Kerad Games. Piqué la creó en 2012 pero la tuvo que cerrar en 2018 tras acumular unas grandes pérdidas.
Aquel mismo año también se hizo con la propiedad del Andorra. En su primera temporada, con una gran inversión, el equipo subió a Tercera División. Sin embargó accedió directamente en Segunda B tras comprar la plaza del Reus.
Finalmente, el gran proyecto en el que ha estado involucrado ha sido en la creación de la nueva Copa Davis, con otra empresa suya (Kosmos). De este modo, reformuló la competición internacional de tenis para juntar a todos los jugadores en una misma sede durante dos semanas.
En los últimos meses, además, ha querido ir un poco más allá y también movió hilos para crear una nueva Supercopa de Europa de fútbol. La propuesta aún está muy verde pero no se descarta que dé pasos en adelante en un futuro.