Desde el 1 de octubre de 2017 que el Barça no juega un partido a puerta cerrada. En esa ocasión fue a causa del conflicto social y político que se vivía en toda Catalunya. Este martes contra el Leganés, en cambio, es una situación radicalmente diferente. Debido al coronavirus, las próximas jornadas ligueras no tendrán aficionados.
El objetivo del club, como ya informó Culemanía, es poder abrir las puertas de nuevo a principios de julio, una vez se haya levantado el Estado de Alarma y el Gobierno de España acceda a ello. Se espera que la Liga pueda terminar con el 30% del aforo de los estadios, 30.000 personas en el Camp Nou.
Estos aficionados se estudia que sean socios, al menos, la gran mayoría. También se prevé un aumento en los ingresos de marketing pues las tiendas oficiales y el museo ya están abiertos de nuevo y los turistas deberían empezar a llegar en las próximas semanas. No se registrarán los números que estábamos habituados, pero todo ingreso es bueno.
Una imagen del Camp Nou con poco público / Redes
Los partidos como local no generan ingresos de momento, pero sí gastos. Cada encuentro en el feudo blaugrana tiene un precio y se deja de generar una actividad económica que no solamente la entidad se ve implicada, también lo hacen otras empresas externas que habitualmente ofrecen servicios.
Los gastos y lo no ingresado
Un Camp Nou sin público reduce enormemente la cantidad de profesionales que trabajan partido tras partido. Según informa Mundo Deportivo, las previsiones del club es que habrá 150 personas trabajando, 50 de las cuales serán los jugadores y el cuerpo técnico de Barça. También se esperan que lleguen otra cincuentena procedente de Butarque.
El otro centenar corresponderá a materia de seguridad, control de accesos, sanitarios, especialistas en iluminación, megafonía y otros profesionales que aseguran el éxito del espectáculo. También habrá unos 60 profesionales de medios de comunicación --televisiones, radio, prensa…-- más los directivos que quieran asistir. Pueden hacerlo hasta 10. Según los cálculos del club, el precio sería de unos 60.000 euros por encuentro.
Estos gastos, aunque inferiores a los habituales, eran de esperar. Lo que de verdad genera cierta preocupación es lo que se dejará de ingresar. Cada encuentro liguero supone que no se ingresarán tres millones y medio de euros aproximadamente entre entradas y productos vendidos en un día de partido.
Imagen del Camp Nou vacío, en el Barça-Las Palmas del 2017| FCB
Hace ya tres meses, el propio presidente Josep Maria Bartomeu reconoció que por partido de Champions League a puerta cerrada se dejaban de ingresar unos seis millones de euros. La cifra baja prácticamente a la mitad dependiendo del encuentro liguero. De momento, se espera con ganas volver a recibir al público antes de julio.
El club es consciente que las limitaciones durarán, como mínimo, hasta principios del próximo curso. Al 30% de aforo que podría verse al terminar el campeonato 2019-20 se le debe sumar la posible disputa de la Champions League en una sede neutral. Un bajón en lo ingresado inesperado y doloroso para las arcas del Barça.
Todo preparado
El Barça anunció este martes que se había desinfectado todas las instalaciones pensando en el partido de esta noche. Esto incluye los vestuarios pero no solo. También la sala de prensa, el terreno de juego, los banquillos o el palco; entre otros. Un trabajo recurrente en las últimas semanas con la vuelta de la nueva normalidad.