Movimientos electoralistas en can Barça. Los aspirantes a la presidencia del FC Barcelona preparan el terreno y toman posiciones. El abordaje es inminente.
El control del club azulgrana siempre ha sido un objetivo muy goloso para los grandes empresarios de la capital catalana. Sin embargo, la marcada división política que viene azotando a Catalunya en los últimos años está propiciando que, cada vez más, ese anhelo empresarial sea superado por los intereses políticos.
Seguramente por este motivo no es de extrañar que low profiles en el campo de la empresa se postulen para asumir la presidencia del FC Barcelona. Es el caso de Lluís Fernández Alà, un consultor, como el también precandidato Víctor Font, que se inició en el mundo de los negocios con la distribución de papel de oficina.
En Sant Cugat, su ciudad, hay una sociedad que lleva su nombre, Lluis Fernandez Ala SL, y que tiene como objeto social las “operaciones del negocio de librería y papelería, así como la comercialización de objetos de regalo”. Una empresa con 73.000 euros de capital social y que, pese a facturar 266.600 euros en 2018, experimenta una sensible caída en ventas durante los últimos años. Solamente cerró con 437 euros de beneficios.
Su otra empresa, la consultora Up Catalonia, también se ubica en Sant Cugat y tiene un capital social de 128.000 euros resultantes de una reciente ampliación de capital, en enero de este año, por valor de 7.471 euros. En 2019 recibió, al menos, otras tres inyecciones de capital por cuantías más elevadas (74.603, 17.985 y 10.927 euros). Sus datos de facturación no son públicos, pero Lluís Fernández ostenta diversos cargos: secretario, consejero delegado y exadministrador mancomunado.
Unos datos económicos que no parecen propios de alguien que aspire a avalar un presupuesto de 1.000 millones de euros, como es el que maneja el Barça, con el 15% de su patrimonio. Es decir, su junta directiva debería presentar avales por valor de 150 millones de euros para poder acceder a la presidencia del club siempre y cuando antes ganase las elecciones.
Implicaciones políticas
Más allá de su faceta empresarial, Fernández Alà se caracteriza por un marcado posicionamiento político en los últimos años. No solo por sus comentarios en Twitter, algo ofensivos hacia Inés Arrimadas, sino por ser un independentista confeso. Militante de Unió Democràtica en el pasado, acabó chocando con las ideas de Duran i Lleida. Por este motivo, abandonó el partido y se unió a la aventura de Antoni Castellà con Democràtes per Catalunya.
Este no es el único candidato de marcado carácter independentista que se postula a los comicios para presidir el Barça. El también consultor Víctor Font, que negocia la venta de su consultora Delta Partners, también comparte esta tendencia política y lleva años involucrado en la lucha nacionalista desde la participación como socio fundador del diario Ara, del que anunció recientemente su próxima desvinculación.
Víctor Font y Laporta, rivales con alianzas afines
Font, que tiene en Antoni Bassas y Albert Roura a sus personas de máxima confianza en cuestiones de comunicación, es también muy cercano a TV3 y Catalunya Ràdio. Además, en los últimos tiempos se le ha vinculado mucho a Jaume Roures, reconocido empresario catalán muy relacionado con el fútbol a través de sus negocios con Mediapro.
Roures tiene muchos intereses en el Barça desde hace años, pero por una cuestión de conflicto de intereses, entre otros motivos, no puede aspirar a la presidencia del club. Por esta razón, lleva tiempo buscando un candidato capaz de acabar con el denominado rosellismo y que, a su vez, se moje de una manera contundente en cuestiones ideológicas catalanistas. Al parecer, Font es su hombre, aunque también simpatiza con Joan Laporta.
Precisamente, el abogado catalán es la otra gran alternativa que se ha postulado por el momento. Aunque todavía no ha confirmado su candidatura de forma oficial, Laporta ya ha dicho en distintos programas que tiene muchas ganas de participar, algo que incomoda a Font porque sabe que la similitud ideológica de sus candidaturas le arrebatará muchos votos. Laporta también se sumergió en la política tras dejar el Barça y nunca ha escondido su pensamiento independentista. Ni lo esconderá si vuelve a la presidencia.
Benedito busca hueco
Por último, y aunque todavía no se ha pronunciado, hay que tener en cuenta la figura de Agustí Benedito, que en los dos anteriores comicios electorales (2010 y 2015) superó el corte de firmas necesario para ser candidato oficial con todos los honores. No ganó, ni se acercó, pero mantiene algunos apoyos, aunque cada vez menos. Todo apunta a que buscará hueco en alguna de las anteriores candidaturas, con las que comparte la crítica a Bartomeu y la ideología fuertemente nacionalista. Una forma de pensar que puede llegar a poner en riesgo la independencia política de un club tan abierto y heterogéneo como es el Barça.
El escenario electoral que se avecina podría ser propicio para una posible candidatura continuista si, como sucede en la política catalana, se siguen multiplicando las alternativas bajo unas señas de identidad similares. Consecuencias: división y desconcierto.