Sandro Rosell, junto a su socio Joan Besolí, estuvo en prisión preventiva durante 645 acusado de “pertenencia organización criminal y delito de blanqueo de capitales”. Finalmente en abril de 2019 fue absuelto de sus cargos. Este domingo TV3 ha emitido un documental – que ha estado envuelto de polémicas de censura – en el que se repasa el proceso judicial.
En 2015 empezó este proceso con el registro de su casa. En éste, encuentran con unos billetes dentro de un abrigo, los cuales el expresidente azulgrana asegura que no estaban antes. De este modo, Rosell recuerda que pensó que “alguien nos quiere hacer más culpables”.
La intervención de la jueza Lamela en ese juicio también ha quedado definido como muy distante. Rosell incluso llega a opinar que “Lamela es una persona inhumana”. Asimismo Pau Molins, abogado defensor, también manifiesta que era igual lo que explicaran en la prueba oral porque “ya tenían decidido el ingreso a la cárcel”. En su primer traslado, además, menciona como estuvieron a punto de tener un accidente porque el conductor sufrió un ataque epiléptico.
Los peores momentos en la cárcel
De estos prácticamente dos años, Rosell comenta que las dos peores cosas por las que tuvo que pasar son los calabozos de la Audiencia Nacional y las conducciones entre Madrid y Barcelona, ya que duraban tres días y no podían tener contacto con sus familiares. Sin embargo, el peor momento por el que aseguran haber pasado fue el 25 de octubre de 2018 cuando les deniegan la libertad en la sección primera del juzgado, momento en el que pensaron que ya estaban condenados.
Entre las dificultades de estar encarcelado, Rosell también menciona el frio que pasaba en las noches y el recurso que tuvo que adoptar con botellas de agua calientes. Asimismo, asegura que “nunca me hubiera imaginado la angustia que es levantarse por la noche y no saber qué hora es”. Por tal de pasar esas dificultades de forma más levadera, cada día Rosell dejaba por escrito todo lo que le iba pasando. “Las cartas en la cárcel son como una burbuja de oxígeno”, asegura.
La solidaridad en la cárcel
A pesar de eso en la cárcel también hizo algunos amigos. El expresidente afirma que “las pasas putas” y que por eso acaba habiendo una gran solidaridad entre presos. A su vez, conoció el padre Paulino, cura de Soto del Real, con el que establecieron una gran amistad e invitó al Camp Nou.
Por su parte, Bartomeu también ayudó a que el fútbol estuviera presente en las cárceles y llegó a un acuerdo a partir de la Fundación del Barça para que se pudieran ver los partidos.
De forma recurrente Rosell ha afirmado que el hecho de haber sido presidente del Barça ayudó a que acabara en la cárcel. Así como ya dijo en la entrevista con Jordi Évole, en el documental también manifiesta que pueda haber habido alguien que haya estado detrás de ese proceso. “Espero que algún día los máximos responsables se pongan y lo investiguen”.