David Aganzo se aferra al cargo. El presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles pasa por una situación extremadamente delicada al frente del sindicato. El lunes, el diario Marca informó que Antonio Saiz, antiguo trabajador de la organización, había denunciado al exfutbolista por cohecho por conseguir de forma ilícita documentación fiscal de Futbolistas On.
La noticia no dejó a nadie indiferente y, apenas unas horas después, un sector de la junta directiva interpuso una querella contra Aganzo por la posible comisión de un delito de administración desleal, cohecho y revelación de secretos. Sus horas como presidente de la AFE parecían estar contadas.
Se aferra
Pero nada más lejos de la realidad. El exfutbolista ha desmentido en todo momento esas acusaciones y convocó para este viernes una junta directiva del sindicato. El objetivo de dicho encuentro no era otro que ratificarse en el cargo. Y, por el momento, lo ha logrado. Seguirá siendo presidente de la organización.
David Aganzo en una imagen de archivo con la AFE / Redes
En la reunión de este viernes, Aganzo nombró a dos nuevos directivos de su confianza: Juanma Marrero, jugador en activo del Fuenlabrada, y Javier López, del Villarrobledo. Marrero y López sustituyen a Juan Mata y David de Gea, vicepresidentes que dejaron el cargo hace dos meses. Su dimisión no se había hecho pública hasta esta semana.
Con estas dos nuevas incorporaciones, Aganzo cuenta con una junta directiva más afín y toma aire al frente de la AFE. El exfutbolista evita de esta forma tener a la mayoría de los miembros de la asociación en su contra.
Morientes
Las denuncias contra Aganzo han provocado que los propios futbolistas a los que representa el sindicato solicitaran su dimisión. Los capitanes de equipos de Primera y Segunda División presentaron una carta en la que pedían cambios inmediatos en la asociación y, además, apoyaban la candidatura de Fernando Morientes.
Fernando Morientes en una imagen de archivo / CG
Según informó Marca, pese a la intención de Aganzo de seguir en el cargo, los afiliados seguirán presionando para que se produzca su salida. La próxima semana empezarán a moverse para llevar a cabo una moción de censura. El proceso se puede alargar durante dos meses. La guerra está servida.