La tendencia llamada a triunfar este verano ya está aquí. No hablamos de moda, sino de argucias contables completamente legales. Operaciones de balances que generan un beneficio inmediato en las cuentas a cambio de ampliar endeudamiento. Una fórmula que domina el FC Barcelona, cuya deuda reconocida asciende a 553 millones de euros.
La entidad que preside Josep María Bartomeu está volcada en combatir los drásticos efectos del coronavirus. La previsión de facturación perdida ronda los 90 millones de euros, siempre y cuando terminen las competiciones y no se devuelvan los abonos correspondientes a los partidos que se van a jugar a puerta cerrada. En caso de que no se jugasen todos los encuentros pendientes y/o se retornasen los abonos la caída de ingresos sería mayor.
Un modelo que triunfa en la Serie A y la NBA
Esta situación dificulta enormemente la negociación de fichajes pagando cantidades desorbitadas de dinero. La opción Neymar, bendecida por el vestuario y por el propio astro brasileño, pierde fuelle en favor de Lautaro Martínez, el delantero favorito a vestir la camiseta del Barça. También el centrocampista Miralem Pjanic tiene muchas papeletas de terminar en el Camp Nou.
La fórmula en que se ampara el Barça para negociar estos acuerdos está muy de moda en la Serie A italiana desde hace años. También es un sistema que se puede ver habitualmente en la NBA. Se trata del popularmente denominado cambio de cromos.
El famoso acuerdo Cillessen-Neto
Para reforzar la plantilla azulgrana, el club contempla diversos intercambios de jugadores que no hipotequen las ahora mermadas arcas de la entidad culé. El ejemplo más reciente de este tipo de operaciones se dio el año pasado en un trueque entre Barça y Valencia que desembocó en un cambio de porteros: Cillessen por Neto.
Jasper Cillessen y Neto protagonizan el intercambio de porteros entre Barça y Valencia / CULEMANIA
El Barça no solo aprovechó aquella operación para dar salida a un futbolista que no quería seguir en el club contratando a otro de condiciones similares, sino que además pudo cuadrar unos balances que daban pérdidas. Aunque a efectos reales la tasación de ambos porteros fue exactamente la misma, una inflada cifra de 35 millones de euros, y por tanto la operación no generaba ni pérdidas ni ganancias, el club pudo computar los 35 millones de la venta en el balance de ingresos, mientras que el coste de Neto se fraccionó automáticamente en los años de vigencia de su contrato a contar a partir de la temporada siguiente.
Lautaro y Pjanic, principales implicados
Fue una operación criticada por un sector del barcelonismo porque destapaba algunas urgencias económicas, aunque a nivel contable fue todo un acierto. Tanto, que se espera poder repetir algo parecido con los fichajes de Lautaro y Pjanic.
La fórmula para fichar al delantero del Inter pasa por incluir a dos jugadores en el canje más una templada suma de dinero. Los favoritos para esta operación son Arturo Vidal y Nelson Semedo, aunque el lateral portugués entraría a su vez en otro trueque que lo llevaría al Manchester City a cambio de que Cancelo terminase en el Inter.
Por su parte, el fichaje de Pjanic parece más orientado a la irrupción de Rakitic y, posiblemente, Todibo en la operación. Otro nombre que se ha barajado es el de Arthur Melo, cuyo valor de mercado es similar al del bosnio, pero mucho más joven. Futbolistas como Emerson, Junior y Umtiti también han sonado para entrar en alguno de los dos sonados intercambios.
Òscar Grau a los números
Mientras se ultiman los flecos deportivos de estas dos complejas operaciones, Òscar Grau, en su condición de director general del Barça, también tiene la responsabilidad de procurar cuadrar los números y, a ser posible, generar nuevamente un beneficio contable antes del 30 de junio. Eso, si no se consiguen alargar los plazos para el cierre del ejercicio, algo que también esperan en el club.
Rafinha, Coutinho, Aleñá y Todibo, jugadores cedidos por el Barça el curso 2019-20 | CM
Asimismo, se da por subsanado el problema de efectivos que se evidenció a principios de año y provocó el fichaje de Braithwaite ya que, a partir del 30 de junio, el Barça puede incorporar a sus filas a numerosos cedidos –Coutinho, Aleñá, Rafinha, Todibo, Wagué– y nuevos fichajes ya cerrados como Trincao, Pedri, Matheus Fernandes o el propio Emerson, a expensas de ver qué sucede con Cucurella.
Comprar antes de vender
En este sentido, el club propone una estrategia similar a la del año pasado: primero toca cerrar las nuevas incorporaciones y, luego, dar salida a los que no tengan cabida. Esto es una lección que la junta de Bartomeu aprendió el verano en que se marchó Neymar y se vio obligado a acudir al mercado a la desesperada, pagando sobreprecios por jugadores como Dembelé y Coutinho, cuyo rendimiento no ha sido el esperado.
Sobre el aumento de deuda que se puede generar, la entidad confía en los créditos negociados por valor de 200 millones de euros con distintos fondos y aseguradoras. Además de las garantías ofrecidas por Pricoa Capital (90), Barings (50), Allianz (30) y Amundi (30), el club tiene abierta una línea de crédito sindicada por valor de otros 100 millones de euros con La Caixa, el Banco Sabadell, el Santander, Deutsche Bank, Bankia y Morabanc de Andorra.