Emili Rousaud pasó en pocas semanas de ser prácticamente un desconocido, y el principal candidato a liderar la candidatura continuista de Josep María Bartomeu en las próximas elecciones del Barça; a situarse en el centro mediático tras dejar provocar un nuevo incendio en la directiva azulgrana.
El ya exvicepresidente institucional, junto a otros cinco directivos, dimitieron por diferencias con la cúpula sobre el caso del Barçagate, y la necesidad de avanzar los comicios a este verano. No obstante, la salida de Rousaud fue de todo menos pacífica. Participó en entrevistas en diferentes medios de comunicación, donde echó más leña al fuego, con declaraciones donde afirmaba que "alguien había metido la mano en la caja". Incluso acusó de corrupción al Barça.
Emili Rousaud en una imagen de archivo / EFE
La respuesta de la entidad azulgrana no se hizo esperar. Se amenazó al exdirectivo con medidas legales y una querella, aunque de momento todavía no se ha llevado a cabo. Una, de momento, amenaza, que parece que ha hecho recular a Rousaud en su guerra contra el club culé.
Se retracta de las formas
En una entrevista a EFE, Rousaud decidió poner el pie en el freno y retractarse de las formas en que salió del Barça. "Cuando me observé desde fuera, vi que no me estaba proyectando como soy. Porque a mí no me gustan las estridencias, soy una persona discreta y trabajadora. Se me fue de las manos", aseguró. "No fue culpa de la prensa. Fue culpa mía. Reconozco que me equivoqué, porque no me gustó la imagen que proyecté. Lo que hice fue porque quiero al club", comentó el exdirectivo.
No obstante, sí recalcó que fue uno de los representantes de la junta que se alinearon para que Bartomeu avanzase las elecciones, pero no para que dimitiese: "Sí que es verdad que en la reunión informal de directivos en febrero se habló de avanzar elecciones. Yo nunca puse entre la espada y la pared al presidente; ni para que dimitiera, ni para que avanzase las elecciones. No es cierto que le pidiésemos la dimisión". La principal razón, el "complicado entorno económico que se avecina".
Emili Rousaud en una imagen de archivo / REDES
"Defendíamos que por el tipo de decisiones que se tienen que tomar, que van a ser decisiones muy valientes, es mejor que lo enfoque un equipo directivo con seis años de mandato", recordó. "Ésa fue mi opinión, que no compartió el presidente. Y respeté que el presidente lo viese de forma contraria", apuntó Rousaud.
Sigue defendiendo irregularidades en el Barçagate
Sin embargo, de lo que no se arrepiente Rousaud es de las declaraciones donde afirmaba que "alguien había metido la mano en la caja". "Sinceramente creo que sí. Si los auditores externos nos dicen que estos servicios que se han prestado tienen un coste de mercado de 100.000 euros y hemos pagado un millón, aquí alguien ha puesto la mano en la caja", declaró.
Además, defendió que los directivos a los que Bartomeu invitó a marcharse fueron personas que "conocían las irregularidades con este contrato". "Dimitieron los directivos (Emili Rousaud, Enric Tombas, Maria Teixidor, Jordi Calsamiglia, Silvio Elías y Josep Pont) muy vinculados a la dimensión económica del club. Los directivos que no tienen vinculación con este asunto se quedaron. Era muy difícil quedarnos y decir que estás en el comité de adjudicaciones que tenía que autorizar este contrato y alguien lo ha escondido porque ha troceado las facturas para que no las pudiese ver", destacó.
Maria Teixidor y Emili Rousaud en una imagen de archivo / REDES
Sin embargo, si se sinceró al comentar que "me dolió que no se esperase a la aparición del informe de auditoría. Hubiésemos hablado con el presidente y nos hubiésemos ido de otra forma. Podrían haberse depurado responsabilidades a satisfacción o no, en cuyo cayo caso hubiésemos salido de otra forma; pero dimitiendo, seguro".
Por último, sobre este tema y a la pregunta de si la auditoría restituirá su imagen y la de los directivos si PryceWaterHouse desvela que el contrato se troceó para evitar el control de la junta, y que el precio estaba fuera de mercado, Rousaud se limitó a decir que el club deberá "depurar responsabilidades", así como "resarcir el dinero a la entidad, como señalábamos en uno de los puntos de la carta que enviamos al presidente".
No cierra la puerta a la presidencia en un futuro
Emili Rousaud no cerró la puerta a la presidencia del Barça, pero reconoció que este no es el mejor momento para presentarse. "No he perdido la ilusión por ser presidente del Barça. Pero la imagen que proyecté con las declaraciones que hice no me gustó, porque yo soy muy trabajador y muy discreto. Quizá pequé de inexperiencia, de no haber estado bien asesorado. Me equivoqué por la puesta en escena, por cómo pudo haber caído el mensaje entre los socios. Y cuando me vi, la imagen desde fuera que veía no era como soy, porque a mí no me gustan las estridencias y soy muy discreto. Se me fue la mano. No fue culpa de la prensa. Fue culpa mía", sentenció.
Emili Rousaud, CEO de Factor Energía y directivo del Barça / EFE
En este sentido, admitió que no se veía como candidato continuista porque él tiene la "ilusión de cambiar cosas", y que se replanteará todo antes de luchar por volver a presentarse. "Si me presento será porque albergo alguna opción de ganar. Pero ahora no tengo la imagen para serlo. La gente me ha dicho que me ha servido para que muchos culés me hayan conocido. Pero ahora no tengo buena imagen de marca y lo que hay que hacer es un rediseño", admitió.
Así, para acabar Rousaud afirmó que "esta ilusión no la he perdido, pero en este entorno es difícil. Desgraciadamente cuando haces un movimiento para explicar algo que es el elemento detonador por el que nos vamos seis directivos, se dio una reacción generalizada que hizo ver que yo atacaba al club. Al contrario, adopté aquella posición porque, precisamente, yo al que quiero es al club".