Maria Teixidor forma parte de los seis directivos que renunciaron a su cargo en una carta firmada ante notario. Se trataba de la secretaría de la junta de Bartomeu, y una de las directivas que había sonado alguna vez como futurible presidente del Barça. Era conocida por su fuerte carácter, y luchaba por alcanzar un hecho que se trataba más de un sueño que de una posibilidad real: ser la primera mujer en presidir el Barça.

En su etapa en el club, Teixidor luchó especialmente por dar visiblidad a las mujeres en el fútbol, a través del Barça Femenino, pero también a nivel laboral, empresarial e institucional. Además, también impulsó buenas iniciativas en el Barça a través de la creación del grupo Edelmira Calvetó, en honor a la primera mujer directiva del club.

María Teixidor en un acto del Barça/ FC Barcelona

María Teixidor en un acto del Barça/ FC Barcelona

 

Tras renunciar a su cargo este mismo jueves, la ex directiva rompió su silencio en una entrevista a EFE, donde quiso desmarcarse de las declaraciones de Emili Rousaud y Jordi Calsamiglia. Además, explicó que se trató de una decisión que "llevaba madurando desde hace tiempo", pero que no cierra la puerta a volver al Barça, y optar a la presidencia en las próximas elecciones. 

Posteriormente, Teixidor se despidió del barcelonismo en una carta abierta. En este escrito, Teixidor repasó su paso por el Barça, y comentó que "cierra esta etapa" porque se han producido "ciertas decisiones y hechos que han surgido últimamente, sobre los que no tengo ni he tenido control ni capacidad de acción, que me han sorprendido negativamente y con los que no estoy de acuerdo".  Sin embargo, se mostró agradecida por la confianza de Bartomeu y por etapa en el Barça, y declaró que "he disfrutado mucho" los años en la junta directiva. 

La carta abierta de María Teixidor

“Però simplement, sense cap gest / estrany, com si tot fos senzill / i pur en el camí dels dies. / Així s’aixeca el sol o ve la nit / i estimem.” (“Pero simplemente, sin ningún gesto / extraño, como si todo fuera sencillo / y puro en el camino de los días. / Así se levanta el sol o viene la noche / y amamos.”)

Mi abuelo Joan cerraba con estos versos su poema "Morir". A mí siempre me han dado paz: Este regreso al ciclo de la vida, al devenir natural de las cosas me recuerda siempre que la vida son etapas, que todo empieza y todo acaba y que está bien que sea así.

Escribo estas líneas en el momento en que cierro mi etapa como directiva del FC Barcelona: la mujer número 12 en serlo desde que se fundó, en 1899; la primera en ser secretaria. Estaré siempre agradecida al presidente Bartomeu, al amigo Barto, por la confianza y la propuesta de presentarme con él a las elecciones de 2015 bajo el lema "Bo per al Barça" (“Bueno para el Barça”) y con un programa electoral estructurado en torno al trabajo para alcanzar la excelencia en los ámbitos deportivo, social y económico con base en el rigor y la transparencia. He disfrutado mucho.

Estoy orgullosa del trabajo realizado cumpliendo los parámetros marcados: Desde mi paso como vicepresidenta y secretaria de la Fundación, rescatando del olvido el pacto con Naciones Unidas por los Objetivos de Desarrollo Sostenible o introduciendo la lucha contra el bullying entre sus áreas de trabajo; hasta mis responsabilidades en el Fútbol Femenino, que es una realidad imparable que debe seguir creciendo y que ya ha demostrado con hechos de lo que es capaz (tengo absoluta pasión por nuestras futbolistas, por la precisa batuta de Luis Cortés, y un reconocimiento inmenso para con el trabajo riguroso y acertado de Markel Zubizarreta); pasando por la estructuración del Compliance del Club, tarea desarrollada codo con codo con el tesorero y vicepresidente Tombas (a quien admiro por su rigor, ética y solvencia); mi rol de vice-secretaria de la Junta, primero, de secretaria después; el refuerzo de la voz de la mujer en el Club, desde la presidencia del Grupo Edelmira Calvetó (y con todas mis "edelmiras" y mi "edelmiro"); el seguimiento de los expedientes de la Comisión de Control y Transparencia, desde su Presidencia; sin olvidar las instructivas reuniones con el Senado y los deliciosos encuentros con el Casal del Avi, o las visitas a algunas de nuestras peñas.

Carme Noguera, CEO de Naulover, y Maria Teixidor, directiva del Barça y responsable del futbol femenino / FCB

Carme Noguera, CEO de Naulover, y Maria Teixidor, directiva del Barça y responsable del futbol femenino / FCB

No son cosas que haya hecho sola, es una obviedad. Sólo he sido aquella persona que ha iniciado proyectos, liderado y cumplido con las tareas que se me habían asignado con dedicación, convicción y un equipo maravilloso de personas: los compañeros de junta con quien hemos compartido tareas, los miembros de las comisiones de las áreas en las que he participado y todas aquellas personas que trabajan en este Club y con quien he compartido proyectos, que merecen toda mi gratitud por el buen trabajo que hacen y que sé que seguirán haciendo.

He dado mucho, he trabajado mucho (y, quiero decirlo porque siempre hay quien aún lo duda) sin cobrar nada. Lo he hecho porque creo en los proyectos colectivos hechos por personas que con criterio y pasión hacen grandes las entidades que se han convertido ya en patrimonio común de una multitud de personas que reconocen su valía y su aportación: no en vano el Barça es, y debe ser siempre, el Club de los valores. Lo he hecho porque quiero al Barça. Lo he hecho porque creo en el proyecto que presentamos el 2015.

Cierro esta etapa, es cierto, porque hay ciertas decisiones y hechos que han surgido últimamente, sobre los que no tengo ni he tenido control ni capacidad de acción, que me han sorprendido negativamente y con los que no estoy de acuerdo. Doy fe de que los mecanismos de control del Club están en marcha, hacen su trabajo y presentarán, cuando proceda, sus resultados. Confío plenamente en que se sabrán adoptar las medidas correctoras pertinentes.

Me voy, sobre todo, porque he completado una etapa. Lo sé porque hace unos meses que han resurgido con fuerza en mi memoria los versos que encabezan estas líneas. Hay que saber reconocer el momento en que los proyectos dejan de pertenecernos. Simplemente. Sin ningún gesto extraño. Como si todo fuera sencillo y puro en el camino de los días.