Jordi Calsamiglia es uno de los seis directivos de la junta del FC Barcelona que dimitió este jueves. En las últimas horas, su nombre ha trascendido porque ha emitido un comunicado donde se ha querido desmarcar expresamente de unas declaraciones muy polémicas de Emili Rousaud, el cabecilla de esta especie de motín contra Bartomeu, que insinuó a los micrófonos de RAC1 que alguien ha metido mano en la caja del Barça.
Calsamiglia presenta su dimisión por motivos personales --lo meditaba desde hace tiempo-- y porque está disconforme con la gestión de Bartomeu en los últimos meses, en que varios directivos piensan que el gobierno del club se ha tornado cada vez más presidencialista. Sin embargo, ha querido dejar claro que no piensa, ni mucho menos acusa, que nadie se haya apropiado de dinero del club en un comunicado que le honra y delata su amor por la entidad.
Más allá de este aspecto, relevante por las consecuencias judiciales que podría tener para Rousaud, Calsamiglia también es protagonista de esta trama por otros factores. No solamente por ser uno de los seis que ha dimitido –supuestamente es junto con María Teixidor, uno de los dos directivos a los que Bartomeu no se lo pidió expresamente, como sí que hizo con los otros cuatro directivos– sino por la propuesta de convocar elecciones anticipadas, un tema del que Rousaud habló largo y tendido en la entrevista que concedió a este medio.
La reunión de junta más tensa
Hay un antes y un después en el devenir de la junta directiva de Bartomeu a raíz del escándalo de las redes sociales, más conocido como Barçagate, que fue destapado por la Cadena Ser. Cuando estalló todo, en febrero, se produjo una reunión de junta en la Ciutat Esportiva de Sant Joan Despí. Fue tensa.
En aquel encuentro surgieron las primeras críticas contundentes a la gestión de Bartomeu, que arrastraba un cúmulo de pésimas decisiones en enero, tanto con el despido de Valverde como con la nefasta planificación deportiva del primer equipo en el mercado de invierno. Sin embargo, el escándalo de las redes sociales se llevó la palma y el encuentro terminó con la suspensión de empleo y sueldo al asesor del presidente, Jaume Masferrer.
Emili Rousaud, que hacía poco más de un mes fue nombrado vicepresidente institucional y era a ojos de todos el delfín y líder para encabezar una próxima candidatura a la presidencia del club, llevó la voz cantante, respaldado de sus más fieles aliados, Quique Tombas y María Teixidor. Sin embargo, en aquella reunión también tuvo un papel muy relevante Jordi Calsamiglia.
La mitad se mostró a favor de anticipar elecciones
Calsamiglia fue el directivo que puso sobre la mesa la preocupante situación económica del club para poner en duda la gestión que se estaba llevando a cabo, según confirmó uno de los directivos dimisionarios a Culemanía. Y, a raíz de esa intervención, los directivos afines a Rousaud propusieron que cada uno individualmente diese su opinión sobre la conveniencia, o no, de anticipar las elecciones. Todos aceptaron.
Emili Rousaud y Quique Tombas en el Camp Nou / REDES
Según han confirmado distintas fuentes de la junta directiva a este medio, se procedió con una ronda de intervenciones donde todos y cada uno de los directivos opinaron sobre el tema. Aunque nadie dice con exactitud cual fue el resultado, de las diferentes intervenciones se desprende que aproximadamente quedó todo en un 50-50.
No se trataba de una votación formal y no se le dio trascendencia vinculante, pero es relevante el hecho de que aproximadamente la mitad de la junta estuviese a favor de avanzar los comicios a verano. También le sirvió a Bartomeu para tener claro quién estaba a favor de terminar el mandato, quién no y, sobre todo, quienes eran los más críticos con su gestión. Más de un directivo asumió a partir de ese momento que había un movimiento contra el presidente.
Filtraciones sobre el ERTE
Posteriormente, en otras reuniones de junta, Bartomeu pudo confirmar quienes eran esos directivos más críticos que, posiblemente, no estaban por la labor de ayudar a terminar el mandato presidencial, que expira en 2021. Especialmente cuando se debatió sobre el ERTE debido a la crisis del coronavirus y varios directivos con formación económica defendieron que en lugar de una rebaja del 70% del salario mensual era más conveniente aplicar una reducción del 20% o 30% anual.
A partir de ese momento, y a raíz de algunas filtraciones a la prensa que no iban en la línea unitaria que se había pactado en la junta, se extendió la idea de que podía haber una trama conspiratoria contra Bartomeu. Al menos, el presidente llegó a la conclusión de que tenía una serie de directivos más dispuestos a poner palos en las ruedas que a sumar para mantener una junta unida y cohesionada. Fue entonces cuando optó por hacer una ronda de llamadas a los miembros de la directiva y pedir la dimisión a las personas que no le merecían su confianza.
Ronda de llamadas; ronda de entrevistas
Esas llamadas desencadenaron la ira de Rousaud, molesto más por las formas que por el fondo. Pese a reconocer en declaraciones a Culemanía que la llamada con Bartomeu no fue tensa, el hasta ese momento vicepresidente institucional exhibió su malestar en una ronda de entrevistas a los medios. Finalmente, él y los otros tres directivos señalados por Bartomeu decidieron bajarse del barco y se llevaron con ellos a Teixidor y Calsamiglia.
Falta por conocer si algún otro directivo se une a la causa, pero según se desprende del comunicado emitido este viernes por el Barça queda claro que Bartomeu se quería deshacer de los directivos que no sumaban a su objetivo de terminar el mandato que inició en 2015. Parece que lo ha logrado. Queda por ver si ello no se le gira en contra.