Josep Maria Bartomeu afrontará la próxima temporada su último año de mandato al frente del FC Barcelona. Por ese motivo, el presidente considera clave cómo encarar el mercado de fichajes veraniego. El equipo está cogiendo un rumbo no deseado que, sumado a los temas extradeportivos protagonizados en los últimos meses, preocupan al aficionado.
La mejor manera de mantener satisfecho al hincha es ganar y ofrecer un buen espectáculo sobre el césped. Ya lo salvó en 2015 y podría suceder con el candidato continuista -Emili Rousaud oficiosamente- en los comicios de 2021. El área económica y la secretaría técnica no descartan en absoluto una gran inversión en los próximos meses. Suenan Lautaro Martínez y Neymar Junior.
Neymar, protagonista del mandato de Bartomeu
La sombra del brasileño es muy larga y ha estado presente en todos los años del mandato del empresario catalán. De hecho, fue el extremo quien le abrió las puertas a la presidencia. Sandro Rosell, el mandamás de entonces, dimitió supuestamente debido al escándalo de su fichaje, que terminó en manos de la justicia e imputado.
Una foto de archivo de Sandro Rosell, Neymar y Josep Maria Bartomeu / EFE
En un principio se anunciaron unos 57,1 millones de euros de inversión, pero cuando Bartomeu cogió las riendas del club quiso demostrar en un ejercicio de trasparencia las cifras reales de la operación. Fueron supuestamente 86,2 millones de euros, 29 más de los anunciados en un principio. Se habían ocultado comisiones, opciones de tanteo y primas de fichaje.
Después de todo este escándalo y la crisis de Anoeta, un pacto de no agresión entre jugadores y cuerpo técnico terminó con un triplete que salvaron el cuello de Bartomeu. En verano, arrasó en las elecciones (54,63%) superando a Agustí Benedito (7,16%) y a Joan Laporta (33,03%).
Neymar protagonizó en 2017 otro culebrón difícil de olvidar. Tras el “se queda” de Piqué y las palabras del vicepresidente Mestre anunciando que no se iría, llegó el bombazo. El PSG de Nasser Al-Khelaifi pagaba 222 millones de su cláusula de rescisión y dejaba el equipo totalmente tocado.
Una foto de Nasser Al-Khelaïfi y Neymar Jr. en su presentación como jugador del PSG / EFE
Desde entonces se han invertido más de 300 millones en sus sustitutos, pero ninguno ha ofrecido el rendimiento suficiente para olvidar al brasileño. Llegaron figuras como Ousmane Dembelé (105 millones más 40 en variables), Phillippe Coutinho (120M más 40) y Antoine Griezmann (120M).
¿Ciclo cerrado?
Bartomeu es consciente que sería un auténtico golpe sobre la mesa volver a contar con el brasileño para el próximo curso. Una idea que, aunque parece descabellada, es posible. El PSG ha tasado al extremo en unos 150 millones de euros, una cifra no muy desmesurada que con algún esfuerzo se podría asumir. A todo eso, cabe recordar que los episodios en los juzgados entre Barça y Neymar Junior no se han interrumpido. Siguen estando a la orden del día.
La junta directiva conseguiría con esta operación dos objetivos prioritarios: dar un salto de calidad necesario y mantener las aguas calmadas en el último año de mandato. El brasileño es el gran deseado por la plantilla azulgrana y traerlo sería un guiño a las vacas sagradas del vestuario.
Actualmente, el club trabaja en como afrontar la crisis del coronavirus. Se ha sondeado a la plantilla sobre la posibilidad de una rebaja salarial, un tema que ya desveló a Piqué en verano con otro objetivo: traer a Neymar. El área económica, siempre muy reticente a esos gestos de buena voluntad de los futbolistas, podría aprovechar esta crisis para intentar abordar el fichaje.
Neymar celebrando un gol con el PSG / EFE
Desde Francia apuntan que el futbolista está harto de la situación y no descartaría bajarse el sueldo y volver al Camp Nou. En el PSG se ha encontrado en “una cárcel de oro” -como ya le advirtieron algunos compañeros azulgranas- y los éxitos no han sido los esperados. Un gesto suyo podría desatascar la operación. Una operación que taparía la gestión de esta junta y daría un empuje al candidato continuista.