La polémica vuelve a sobrevolar el Camp Nou. Según desveló El Periódico de Catalunya en su edición de este sábado, la Fiscalía ha acusado a un fisioterapuerta que trabajaba en el Barça de presunto abuso sexual. Los gravísimos hechos acontencieron en diciembre de 2016 en el Camp Nou.
Según comentó el medio catalán, dicho empleado del club, Jaume Jardí Llorente,, atendió presuntamente de "forma libidinosa y sin ningún propósito curativo" a una empleada del club, que requirió sus servicios por una contractura en el cuello. La fiscalía, que pide siete años de prisión para el acusado, destaca que el fisioterapeuta, desvió sus masajes de la zona cervical a la cadera, para ir "poco a poco" hasta los genitales de la mujer.
Posteriormente, el profesional, "manteniendo su ánimo lúbrico, le palpó los senos y le cogió los pezones", según reza en el escrito del fiscal. La mujer abandonó la consulta "sumamente afectada" por el episodio vivido, concluye la fiscalía, que remarca claramente que estos hechos son constitutivos de delito de abuso sexual.
El club lo despidió al conocer los hechos
Desde el club, se intentó llevar todo este tema con total discreción. Y es que el empleado en cuestión, Jaume Jardí , era una persona de cierto renombre en los servicios médicos del Barça. Se trataba de una persona que acumulaba más de tres décadas trabajando en diferentes secciones profesionales, y que incluso llegó a ejercer durante siete años en el primer equipo de fútbol. Ahora, es el máximo responsable y director de Medsports HUB.
Su currículum dentro del club catalán hizo que todavía sorprendiese más en la directiva las graves acusaciones, por lo que se decidió prescindir automáticamente de los servicios de su empleado buscando asimismo la máxima discreción de todas las partes.
Imagen de archivo de Josep Maria Bartomeu / EFE
Aparte de los siete años de cárcel que pide la fiscalía, también se reclama la prohibición del imputado a acercarse a la afectada, junto a seis años más de libertad vigilada y 10.000 euros de indemnización por estos hechos. El juicio se tenía que celebrar la próxima semana, pero es probable que se aplace por la crisis del coronavirus.