Arde el Camp Nou desde que la SER destapó el escándalo de las redes sociales del FC Barcelona. Arderá como mínimo hasta el próximo sábado, cuando Leo Messi tendrá la oportunidad de apagar el incendio si un chaparrón de goles termina con la ligera sequía anotadora que arrastra el '10' con Quique Setién.
Bartomeu y su junta directiva juegan a ganar tiempo, una estrategia que dominan a la perfección, con la esperanza de que el paso de los días silencie la enésima polémica del curso. Mientras tanto, el club tiene en marcha el proceso para depurar responsabilidades. A la espera de si el presidente toma medidas drásticas, la junta directiva aboga por madurar la decisión en frío. Este viernes, nueva reunión.
La cúpula está señalada, no solo por invertir una cantidad de dinero que todavía no ha sido confirmada –se habla de 198.000 euros anuales, unos 800.000 euros desde 2017– en monitorizar la opinión y el estado de las redes sociales, sino por las acusaciones de que el Barça utilizó cuentas anónimas para erosionar la imagen de jugadores, viejas glorias y opositores.
El origen de la estrategia de redes
El primer problema, a priori, es que se hizo con dinero del club. El segundo, es el asunto ético, donde se antoja inexplicable que el Barça dedique tiempo y dinero a manipular la opinión y machacar la imagen de Messi, Piqué, Xavi, Puyol, Guardiola, Víctor Font, Laporta o Jaume Roures. Sin embargo, el club sostiene que esto segundo es falso y que el dinero se invirtió en asuntos que interesan al Barça como institución.
El documento que vincula a la web 'Respeto y Deporte' con i3 Ventures / SER
Las acusaciones, originadas en una información de la SER que fue ligeramente anticipada por el diario ARA –el diario del que Víctor Font es accionista y fundador– en abril de 2019, se basan en un informe cuya autenticidad no está probada. Al menos, eso es lo que se sostiene desde la empresa i3 Ventures.
En el Barça defienden que se contrató a la compañía argentina para monitorizar las redes y lo hicieron porque estaban en alerta: el agravio crítico que se plasmaba especialmente en Twitter no se veía ni de lejos reflejado en el Camp Nou. Eran dos mundos distintos y el Barça quería investigar por qué ocurría eso. Por qué se estaba extendiendo una corriente de pensamiento tan crítica y negativa contra la entidad.
Campaña preelectoral
El club contrató a i3 Ventures con esa finalidad y la empresa diseñó una estrategia para monitorizar la opinión en el ámbito digital. Una estrategia que el Barça tenía la obligación de supervisar –y es en este punto donde se pueden pedir responsabilidades– pero donde hay muchas versiones enfrentadas.
Carlos Ibáñez, presidente de i3 Ventures, defiende la actuación de su empresa en los micrófonos de Catalunya Ràdio: “Ningún tipo de contenido de esos que se han publicado es nuestro”. Y alimenta la teoría de la conspiración política.
En el Barça están convencidos de ello. En cuanto se destapó todo, fuentes del club insinuaron a Culemanía que Víctor Font estaba detrás de ello. Font, con hilo directo en el diario ARA, primer medio que habló del asunto. Posteriormente, la SER, cuya vinculación con Jaume Roures es también muy cercana. Y casualmente todo salió a la luz en un momento delicado para la directiva, con una semana libre de fútbol y con los tiempos adecuados para programar unas elecciones en verano. Aunque no hay pruebas de ello, una cosa está clara: la campaña ha comenzado.
La guerra Barça-Mediapro
Roures y Font tienen cosas en común. Ambos quieren sacar a Bartomeu del Barça. El primero, por distintos motivos: económicos, políticos y por inquinas personales, especialmente con Sandro Rosell.
Recientemente, Roures perdió un juicio con el Barça por el que Mediapro tendrá que abonar 1,2 millones de euros. El club también fue exculpado del asunto de espionaje al empresario, que todavía sigue abierto contra Rosell.
Ahora que esos dos asuntos ya no conciernen al Barça, Roures amenaza con volver a poner una querella contra su club por el tema de las redes. Pero desde la entidad azulgrana están convencidos de que el propio Roures está detrás de todo.
Font, el candidato de Roures
Las relaciones con el dueño de Mediapro se fueron deteriorando con el tiempo, pero el golpe definitivo vino cuando en 2015 Manel Arroyo lideró el traspaso de los derechos televisivos del Barça, que entonces eran de Mediapro, a Telefónica (Movistar Plus). Allí comenzó la guerra.
Además de estos intereses económicos y de las inquinas personales antes relatadas que se desataron tras la ruptura del contrato por los derechos televisivos, también hay una cuestión política de fondo. Y es ahí donde entra Víctor Font.
Tuit de Victor Font defendiendo la gestión de Ferran Soriano en el City | REDES
El empresario, fundador de un diario de corte independentista como el ARA, comparte la ideología que maman el propio Roures y otros opositores como Laporta o Benedito. Xavi Salvador señalaba recientemente en Crónica Global que Font es el elegido en la sombra de Roures para destronar a Bartomeu, ya que ni el propio empresario ni su socio Tatxo Benet están por la labor de presentarse a las elecciones del Barça. Necesitan poder colocar a otro al frente y si, como ellos, es capaz de hacer frente a un aval de 150 millones de euros, mucho mejor.
El riesgo de politizar el Barça
Roures, antiguo agente de Johan Cruyff, tiene un círculo de amistades en común con el todavía accionista del ARA –aunque por poco tiempo, ya ha anunciado que se desvinculará del medio– donde se engloban los nombres de Xavi o Guardiola. Roures es socio del hermano de Guardiola, Pere, mientras que Font es amigo personal de Ferran Soriano, y férreo defensor de su gestión en el Manchester City. El ex Cluster y Txiki Begiristain convencieron a Pep de cambiar Múnich por Manchester.
El Barça de Bartomeu, que siempre se ha mantenido en la delgada línea roja del procés, criticado por independentistas y unionistas, tratando de mantener al club ajeno a los poderes políticos, sospecha que sus opositores quieren hacerse con el poder de la entidad para dar más fuerza al movimiento separatista. Y bajo la premisa de sacarlo del trono, todo vale. El Barça corre un serio riesgo de ser politizado si hay elecciones.