Luis Rubiales llegó a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol con el ánimo de modernizar el fútbol español. O, como mínimo, sus competiciones. El exfutbolista cumplió con su palabra. Modificó por completo los formatos de la Copa del Rey y la Supercopa de España, las dos competiciones sobre las que tiene potestad.
Optó por hacer una Copa del Rey más dada a las sorpresas. Eliminatorias a partido único (excepto en semifinales) y siempre en el estadio del equipo de menor categoría. Con esta estructura, los grandes no podían confiarse y los equipos modestos tenían más opciones de dar el campanazo y llegar a las rondas finales.
Sin favoritos
El experimento le ha funcionado de perlas. O le ha salido mal, según se vea. Y es que, al disputarse las eliminatorias a un solo partido, los grandes han ido cayendo uno tras otro. El Atlético de Madrid perdió a la primera en León, y el Sevilla cayó en Anduva. Paralelamente, el Badalona apeaba al Getafe y el Badajoz, al Eibar.
Una imágen del Real Madrid-Real Sociedad / EFE
agradables que reforzaban la apuesta de Luis Rubiales. En cuartos de final aún quedaban en pie los dos grandes favoritos, FC Barcelona y Real Madrid, junto al Valencia. Todos ellos fueron emparejados con equipos teóricamente menores (sin querer desprestigiar a ninguno de ellos), mientras el Villarreal debía visitar al Mirandés.
A nivel económico, resulta obvio que lo mejor para la Federación (y las televisiones), era que pasaran los cuatro favoritos. O, como mínimo, dos o tres de ellos. Pero no pasó ninguno. El Valencia perdió en Granada, el Villarreal en Anduva, la Real Sociedad asaltó el Santiago Bernabéu y el Barça cayó en San Mamés.
El aliciente
Ahora, la Copa del Rey se queda con cuatro equipos que teóricamente no partían entre los favoritos a alzar el trofeo en La Cartuja. Por mucho que para el fútbol modesto sea una bendición que el Mirandés pueda plantarse en la final, como desean muchos aficionados, a nivel económico y publicitario sería complicado vender una final con equipos de menor peso.
Tras la cuádruple sorpresa, el principal aliciente es que se produzca una final vasca. Un duelo entre los dos históricos de Euskadi, Athletic y Real Sociedad, sería atractivo para gran parte de la afición. Corría el peligro de que los emparejara el sorteo en semifinales, pero el azar fue benevolente con Luis Rubiales.
Y a todo esto se suma otro problema: la Supercopa de España. La final a cuatro, con FC Barcelona, Real Madrid, Atlético de Madrid y Valencia, salió de maravilla a la Federación. De cara a la próxima edición, si nada cambia, acudirán los dos finalistas de la Copa del Rey. Es decir, que Mirandés, Granada, Athletic y Real Sociedad están a 180 minutos de Arabia Saudí.